Lloverme, yo roca seca,
tú
agua viajera a veces apasionada,
violenta,
erosionadora,
intensa,
sin
dar tiempo a la caricia de tan fugitiva,
a
la contemplación serena;
otras
lenta, sensual, susurrante,
recorredora
pausada de mis entrantes,
de
mis salientes, de mis esencias.
Lloverme con el
tiempo detenido
en los malditos relojes arrojados a la sima,
en los malditos relojes arrojados a la sima,
por fin callados.
Agua
en la piel fugaz,
permanente en la mirada,
agua.
agua.
(Fotos: cascada del nacimiento del río Mundo en abril de 2013 y en julio de 2011, pasión y caricia, dos miradas diferentes e inolvidables a este lugar mágico)