lunes, 27 de mayo de 2013
lunes, 20 de mayo de 2013
Cruzarse los cables
Hace
unos días se me cruzaron los cables. Otra vez, van varias. Debió de suceder cuando intenté atravesar en bicicleta los raíles de la vía abandonada que lleva
al norte. Movimiento oscilatorio violento parriba pabajo parriba pabajo al
pasar las ruedas sobre los rieles y, consecuencia, cables cruzados en mi
cerebro ya bastante vapuleado. Y mi norte que se diluye. No sé qué cables habrán sido esta vez, el lío
cablear que hay dentro de mi torrao debe asemejarse a un plato de espaguetis
desorganizado. El caso, me dijeron, es que mis ya escasas neuronas flotan en algo y con un movimiento imprevisto y brusco, plof, los cables neuronales se cruzan. De
dos en dos, o de dos en tres, o más. La edad. A veces, para descruzarlos
utilizo el método de los saltitos a la pata coja sobre una pierna, como cuando
queremos liberarnos del agua de la piscina que se nos metió en el oído. Pero
esta vez no funcionó.
Y ahí
sigo, cruzao. Sin saber si voy a o vengo
de, si estoy con o sin, si tengo la o el, si subo palante o bajo patrás, si miro por o para,
si llevo en, si corro hacia o desde, si cuándo, si cómo e incluso si dónde.
Esperaré
pacientemente a que se produzca el descruzamiento, otras veces ocurrió, mientras rezo un credo si lo recuerdo para que el tren que ya no pasa no pase y me joda la
bici, ya sería demasiado.
(Foto: mi bici cruzada en la vía que no lleva a ninguna parte)
(Foto: mi bici cruzada en la vía que no lleva a ninguna parte)
lunes, 13 de mayo de 2013
miércoles, 8 de mayo de 2013
domingo, 5 de mayo de 2013
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