Decían que no se iba a ver, pero yo subí esta mañana a la sierra, por si las moscas, monté mi viejísimo telescopio y me dispuse a esperar bajo un cielo nublado. Y héteme aquí que a eso de las 10 de la mañana mi paciencia se vio recompensada. Se abrió (es un decir) el cielo, permitiendo entrever y fotografiar el eclipse, aunque velado por una capa tenue de nubes. Os pongo las fotos que he hecho, que no son una maravilla, pero que son "mis" fotos.
Proyección sobre papel blanco, y cacho de dedo.
Proyección sobre mi viejo cuaderno negro de letras de rock'n roll
Proyección sobre separador sepia de fichero
Aquí apliqué directamente un cartón oscuro sobre el tubo del telescopio y salió esta cosa, es como ver una peli desde el otro lado de la pantalla
Aquí hice lo mismo que en la anterior pero sobre el papel sepia de antes. El reborde rojo salió así, palabrita del niño jesús, debido sin duda a refracciones lumínicas y efectos cuánticos producidas por los rayos al atravesar el cartón (digo yo...)
Y entonces me crecí, me desquicié y envié al eclipse a desfilar por diferentes elementos, con el único ánimo de culturizar al fenómeno astronómico, conocido es que los eclipses son bellos pero bastante incultos. Así, lo mandé a pasear sobre...
...una novela de Vargas Llosa
...una sartén
...un cucharón
...una hoja de rebollo desenfocada
...una hoja de jaguarzo
..,y el paseo más bonito, sobre una foto de Mayrena del vuelo aéreo de 1956, conocido como "vuelo americano", no ha llovío ni ná. He procurado que la imagen del eclipse caiga sobre la cueva, para que luna y sol se resguarden si tienen frío (o calor), o para que hagan guarreridas, que ya no se vuelven a encontrar hasta dentro de mucho tiempo, y todos sabemos lo que es sentirse necesitado.