Caravaca está protegida por poniente con una serie de montañas: el Cigarrón, los Siete Peñones, la Peña Rubia, el Cerro Gordo, el Buitre, Pinar Negro... Precioso subirlas, recorrerlas, olerlas, sentirlas. O simplemente observarlas en el horizonte por encima de nuestros pinreles mientras nos tomamos el bocata y un buchito de agua de Las Fuentes, panzarriba, como en este descanso en la cima del Calar mirando a los Siete Peñones.
Ah, queridiño: te proteges de mi, que soy del poniente.
ResponderEliminarAsí no podrán llegarte mis buenos deseos.
Hola!
ResponderEliminarA ver cuándo me convidas y subimos a alguna de ellas :)
Un beso especial en Las Fuentes :)
Besos para los demás :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarTu si que sabes vivir.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las botas me saludan, invitantes.
ResponderEliminarMás besos, Diego.
¿A qué huelen tus montañas? Me gustaría saberlo algún día. Beso.
ResponderEliminarBuen descanso, Diego.
ResponderEliminarBesicos,
Con el título de la entrada parece que te estés marcando un objetivo: "Allá arriba, botas".
ResponderEliminarPor cierto ¿se entreven los famosos calcetines fucsia? (no sé si recuerdas porque los llamo "famosos")
Abrazotas,
Esteve
Buenas vistas para sentirse uno con la Naturaleza :)
ResponderEliminarun abrazo (o dos)