La sierra es como un libro de la naturaleza abierto en el
que no sólo puedes aprender a conocer plantas, sino también otras cuestiones no
menos gratificantes.
Hace unos días anduve por mis queridas sierras murcianas, y
saqué unas fotos que muestran algunas de las cosas que se pueden ver en la
montaña, a poco que nos fijemos.
Cagadilla de ...
¿garduña? ¿otro mustélido? Compuesta fundamentalmente por semillas de enebro o
sabina, futuros arbustos si alguna llega a germinar. En cualquier caso,
preciosa cagarruta, estética pincelada escatológica en el maravilloso cuadro de
la naturaleza.
Amor a la vida,
este tomillo ha crecido en el hueco imposible de una roca caliza. Creo que es
un Thymus longiflorus. Hay muy poco suelo para sus raíces, pero a cambio
tiene algo más de humedad y protección contra las heladas, y menos competencia
aunque se le ha colado otra planta como con calzador (nunca se me ocurrirá
llamarla “mala hierba”, expresión injusta que habría que eliminar de la
terminología vegetal) Espero que lleguen a un acuerdo y sigan juntas mucho
tiempo sin molestarse demasiado.
Esta perdiz joven
apeona entre coscojas y enebros. Incierto futuro el suyo. Espero y deseo que
pueda alcanzar a contar a sus nietos las experiencias de su vida que apenas
está comenzando esta primavera ¿Cómo se puede disparar contra cualquier clase
de vida?
Por aquí ha
estado hozando un jabalí en busca de no sé qué raíces o bulbos. Poco habrá
encontrado en un suelo tan pobre. No anda lejos, su maravilloso olor salvaje se
percibe nítidamente.
Las huellas
espirales de estos fósiles muestran que esta sierra estuvo sumergida en el mar
hace la torta de años. Hoy la sierra alcanza los 1.500 metros de
altitud y está a 60 kms de distancia del Mediterráneo. Las huellas me recuerdan
los ojos de una lechucilla que miran hacia el sur, añorando quizás su pasado
marino.
(Fotos: sierra del Calar)
El amonites, testigo de millones de años nos recuerda que es mucho mas viejo que la perdiz roja, que por cierto, si no la matas no la comes, y esta buenísima... Hombre, el guarro olor maravilloso.. Ejem, Diego que montuno eres muchacho!!. La belleza es una constante en la naturaleza, el tomillo huele tan bien... y florido te prende. La cagarruta roja es magnifica, despierta el instinto investigador y humorístico..
ResponderEliminarMAGNIFICA TAMBIEN LA SECUENCIA DIEGUEZ, merci, mucho
Mi libro preferido, por encima de cualquiera. (capítulo de "cagadillas y maravilloso olor jabalino" incluído :D)
ResponderEliminarQue los frutos de esa cagarruta prenden, es casi seguro.
ResponderEliminarJo fer Diego, te juro que de la forma que te explicas hay que amar la naturaleza a la fuerza. Es un lujo poder leerte.
ResponderEliminarUn abrazo paisano.
Ja ja!!! Hay para todos los gustos en la Sierra. Un abrazo,
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