Y de pronto la paz, la liberación de los pensamientos obsesivos, el cese del amontonamiento de las ideas que se precipitan, se enlazan, se revuelven unas contra otras anudándolo todo, ocultando y distorsionando una realidad mucho más simple aunque enmascarada por tanta vuelta y revuelta, tanto cuarto y mitad, tantos zurullos y jumas, pero siempre la duda, el temor de que todo vuelva a suceder en otro revoltijo asíncrono y cavernómico de difícil desenmarañamiento.
(Foto: arco iris una mañana camino de Palencia)
Recuerdo, cuando yo era joven, que sin querer me metí en algo parecido a una cavernómica llena de revoltijos asíncronos.
ResponderEliminarLa verdad es que desde entonces, intento, sin conseguirlo, desenmarañarme a mi mismo; y cuando creo que lo he conseguido, un cuarto y mitad me coge por la garganta y me ahoga. Los zurullos, que además tiene gluten, me sientan fatal, y las ideas, al precipitarse esófago abajo me producen flato. Lo que ofende a mi en particular, y a mis alrededores en general. Total Diego, que te entiendo perfectamente. Yo ya no puedo, pero tu estas a tiempo de zafarte de esa cavernómica llena de revoltijos asíncronos.
Sabía que tú sí me entenderías, Pedrice, y abundarás conmigo en que lo peor es cuando, entre tanto zarangollo y juma, revoltijo e involución, aparece, surgido de sabe dios qué profundidades sinápticas, un inquietante equinóptero.
EliminarAhí, ahí le duele, son como las liebres, donde menos las esperas saltan.....
EliminarDespues de un comenterio largo este aparato no me lo dej5a publicarLO ODIO
ResponderEliminarTe sugiero que lo escribas en Word y luego copies y pegues. O que me lo envíes por correo privado y yo lo incluyo con tu nombre.
EliminarTienes dos preciosos arcoiris...Uno que se deja ver en contadas ocasiones y esa maravilla de colores que has pillao en los árboles.
ResponderEliminarMe alegro que por fín te llegara la paz 🙋 😉
Un beso.
Los colores están ahí, Laura, y los contrastes. Lo importante es saber verlos y captarlos, y tú de eso sabes mogollón :)
EliminarSigo con el cerebro lleno de arena de playa y me costó desenmarañar este texto, pero creo que este revoltijo de palabros y colores raros se llama "efecto post-arcoiris".
ResponderEliminarTranquilo: uno se cura hasta del arcoiris, palabra.
Y llega la paz... hasta la próxima tormenta. Todo es recurrente. O casi todo.
Hablando de tormentas, menuda cayó aquí anoche y como era de noche... no hubo arcoiris. :)
Yo te entiendo Diego.
ResponderEliminarY más frente a esos colores...
Jajaja...es que Palencia da para mucho...
ResponderEliminarBesos, Diego.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarSe ve que el fruto del acebo te ha dado serenidad.
ResponderEliminarAsí que cuídate de esas caverniconosequé, que te queremos.
Besos, artista.
Mire VD D Diego, yo me paso poco por aquí, tanto que me ha costado encontrar su cueva y eso que este verano ando de cueva en cueva...y resulta que Vd se ha debido comprar cámara nueva y está haciendo una serie de fotos superchulas que no permiten comentarios...Pues ná quí mismo... que sepa Vd que el estramonio es mu venonoso, cuidao con el hocico...
ResponderEliminarBsucos
He leído esta entrada y sus comentarios... Estuvo VD por mi tierra D Diego y yo sin saberlo? me alegra que le guste Palencia...mira que es dificil enredarse y enmarañarse en Palencia...pero en fin lo que dice Pedrice eso nos sucede a todos, unos días a dieta y hasta la próxima...son círculos vicioso...por qué son viciosos los círculos? a mi me envician más las hipérboles...y las metáforas...huy y me acabo de acordar las utopías lo que más
ResponderEliminar¡Vaya, vaya! ¿Podrás creer que tal vez estábamos en los mismos lugares de Galicia al mismo tiempo? Si realmente hubiera sido sí, no me perdono no nos hayamos encontrado.
ResponderEliminar:(