Ha sido concedido al egipcio Shafik por su estudio "Efectos producidos sobre la sexualidad de las ratas al ponerles calzoncillos de diferentes materiales: poliéster, algodón y lana". Se escogieron 75 ratas divididas en grupos, cada uno “calzado” con uno de los referidos tipos de gayumbos. El comportamiento sexual de los roedores se midió antes de la prueba, a los seis meses de llevar los gayumbos y a los doce meses. Como conclusión del estudio se vio que el comportamiento sexual (las ganas de triqui triqui, vamos) había disminuido de forma estrepitosa en las ratas que usaron calzones de poliéster. La razón es que el poliéster genera campos electrostáticos inhibitorios que afectan a las estructuras “intrapeniles”, disminuyendo la líbido.
A nosotros en la mili nos metían clandestinamente bromuro en la comida para reprimir nuestros deseos carnales y nuestra natural inclinación al fornicio. Supongo que ahora el Ejército regalará gayumbos de poliéster a los soldaditos.
6. Premio IgNobel de Percepción
El premio IgNobel de Percepción se adjudicó a los japoneses Higashiyama y Adachi por su estudio “Tamaño y distancia percibidos en los objetos cuando se los mira cabeza abajo entre las piernas”. Se colocaron cinco objetos de tamaños variables entre 32 y 162 cms de altura. Noventa observadores, en diferentes posiciones (erguidos, tumbados, mirando entre las piernas con la cabeza invertida), tenían que expresar verbalmente el tamaño percibido y la distancia a la que estimaban que se encontraban los objetos. Los 15 observadores que miraron entre las piernas con la cabeza invertida expresaron distancias y tamaños inferiores a los reales. Tras numerosas pruebas el estudio concluyó que las minoraciones en distancia y tamaño que observaron los de la cabeza invertida se debía a la posición doblada del cuerpo, no a la inversión de la imagen en la retina.
7. Premio IgNobel de Psicología
El premio IgNobel de Psicología ha sido concedido a un estudio de Debey, De Schryver, Logan, Suchotzki y Verschuere (Bélgica, Holanda, Alemania, Canadá, EEUU) en el que se preguntaba a 1000 mentirosos con qué frecuencia mentían y se analizaba si había que creer o no sus respuestas. La amplia muestra comprendía personas entre 6 y 77 años. Al parecer la frecuencia de la mentira aumenta durante la infancia, alcanza su punto máximo en la adolescencia y disminuye durante la edad adulta. Y otras conclusiones que no he entendido bien al leer el abstracto, mi conocimiento del inglés solo alcanza el nivel de "chungo".
Me dejas siempre a cuadros, menuda imaginación tienes!!! Habrá que proponer a la Academia de los Nóbel que te metan en su equipo, seguro se lo pasarían del diez y abrirían el abanico de sus premiados.
ResponderEliminarAplausos y besos.
Bueno, yo solo hago unos comentarios y unos dibujitos, la imaginación es de ellos :) Lo que siento es que no hay nunca premiados españoles, nuestro sentido del humor no es científico, va más por lo político. lo grosero y lo escatológico. Un besazo, tinerfeñíca :)
EliminarCon lo cual ... las frustraciones y/o baja natalidad serían debidas a la moda del poliéster? las percepciones erróneas al yoga? y el crecimiento de la nariz a la mentira adolescente y no a la falta de colágeno por el paso de los años? ... Se me acaban de caer unos mitos. :D
ResponderEliminarPues más o menos eso es lo que han descubierto estas investigaciones, Fram... Pero siempre nos quedará Brassens :)
Eliminar:D No me extraña que traigas a Brassens a colación: bien conocida es de los expertos su famosa frase: "Le coton n´est pas con." Lo que se adaptó libremente décadas más tarde por: "El algodón no engaña." :D
Eliminar(dos por el precio de una :D)
Seguro que algo dijo también sobre la gimnasia :DD
Será cuestión de investigar. :)
Hoy no es lunes pero me llevo otra carcajada. Gracias por los martes también :)
jajajajajaja, ¡MOLT BON DIA, Diego! El descubrimiento del maese egipcio Shafik tiene su aquel, como quien dice, porque viene a ser un caso particular del archifamoso teorema de Gauss. Porque a ver, según el teorema de marras el flujo del campo eléctrico en el interior de un conductor en equilibrio se debe únicamente a las cargas que hay dentro del susodicho, en este caso del gayumbo gaussiano, vaya. Lo que no queda claro es que ante semejante picotazo de la ratita esa el interior del recinto gaussiano quede en equilibrio, ¡pero nada claro!, jajajajajajaja...
ResponderEliminarAbrazote
:D :D No puedes negar tu vena científica, Valaf. Como comentario te aclaro que para que los gayumbos gaussianos funcionen es imprescindible que la campana de Gauss presente un badajo en condiciones. Y no es el caso cuando de poliésteres se trata. Como dijo el poeta: "badajo fláccido no toca campana" :D Abrazote gaussiano :)
Eliminar:D :D :D Me haces reír un montón con el toque "diegano" que le das a estos premios y con los monos que dibujas :D Es la exposición más divertida que he leido hasta ahora de los ignobels. Un beso sin poliéster :D :D
ResponderEliminarSiempre me divirtió dibujar "monos". Y, aunque son muy simples, no quedan mal con las nuevas técnicas del escaneo y el coloreado. Ahora ando enredando con los monos-móviles, así los llamo yo. El caso es no detenerse :)
EliminarLo del poliéster es posible, si en verdad "da calambre". Entiendo la dificultad de calculo de los individuos que miraron los objetos "cabeza abajo entre las piernas", yo hubiese terminado por los suelos sin ver nada.
ResponderEliminarComparto lo de la frecuencia en el mentir: a partir de los 77 años, ya te puedes permitir decir lo que te de la gana, que nadie repara en lo que digas.
Saludos.
:D Lo del "calambre" es una buena conclusión del estudio. Yo tampoco puedo adoptar esa postura "invertida", seguro que si lo intento me da un mareo y me rompo la crisma. Y genial y sabia tu apreciación de que a partir de los 77 (de los 70 diría yo) ya nadie hace puñetero caso a lo que digas :D Abrazote, Juan.
EliminarQue ocurrentes los 3 premios, pero el de reproducción mejor guardarlo para alguien que consiga que las ratas no se reproduzcan más. El de la percepción un premio merecido pero incómodo. Y la mentiras, mi opinión es que el mentiroso nace y si se cultiva miente durante toda su vida, no se hace el estudio después de los 77 porque las verdades son más evidentes.
ResponderEliminarBuen fin de semana
Marijose, no estaría mal sembrar las alcantarillas de minicalzoncillos de poliéster como raticida para combatir las plagas de ese roedor :)
EliminarJajaja, que ingenioso, Diego.
ResponderEliminarMe parto de risa con esta serie...
Es verdad, el poliéster, puede ser verdad...jejeje. Es mucho mejor el algodón, una fibra natural.
Me encanta tu sentido del humor.
Abrazos.
Donde estén los calzones de algodón de toda la vida que se quiten los Calvin Klein. Abrazo, Maripaz
Eliminar