La luna, el cerro, el grito inquietante del cárabo, el viento fresco en la mejilla, la ardilla rezagada, el termo con café, recordarte. El olor a pino. Un botijo.
Ya el regreso, la cara siniestra del mismo paisaje, la cinta negra, los bocadillos impersonales de barras impersonales, el olor a gasolina, las distancias menguantes en los carteles azules. Los relojes. El cemento aumenta, invade, sube como dedos que intentan agarrarse a la ilusión que se escapa, para no perder lo vivido, diluyéndose en brumas sin horizontes, frías.
(Fotos: dos de las torres de Azca, sumergidas en la niebla, y un rinconcito de mi cabaña)
Interesante . Y es que aunque mantengas una lucha de sensaciones y sentimientos ,estas dividido entre esos dos mundos que te vieron nacer . Hola bien hallado Diego " el luchador " El dadivoso....
ResponderEliminarImposible soslayar ese vértigo de pequeñas cosas que conforman la cotidianeidad... Un abrazo.
ResponderEliminarDiego, tanto tus fotos, la primera realmente impresionante, como tu relato son ciertamente interesantes.
ResponderEliminarSaludos!
Así es el día a día Diego. Que cuando termina, los pensamientos no dejan de dar vueltas en nuestra cabeza hasta que por fin nos vence morfeo.
ResponderEliminarMe gustan esas torre envueltas en la niebla.
Un beso.
Tres párrafos tres situaciones. Fuera de la cabaña, dentro de la cabaña y viaje de regreso (creo...) A todos nos ocurre: la nostalgia de lo que dejamos. Pero sigue ahí (Te espera seguro, yo lo haría) :) Beso sin brumas.
ResponderEliminar¡qué envidia de cabaña, Diego! me chifla la madera, su olor, su tacto, su color.
ResponderEliminarGracias por volver. Te esperábamos.
Me suenan tantas cosas.
ResponderEliminarLos grises.
Los colores.
Las sensaciones.
Besito sensacional de sensación de soledad buscada iluminada por esos colores.
¡Qué dicha, ese refugio! todas las cosas que parecen pequeñas recuperan su importancia y nos hacen más felices.
ResponderEliminarUn abrazo
¡Qué te sea leve la vuelta! Te acompaño en el sentimiento.
ResponderEliminarPero tal como te conozco, ya te falta poco para volver allí. ;)
Abrazote de sierra.
Iota, estoy dividido entre muchos más de dos mundos…, aunque todos conforman lo cotidiano, como dice Darío. Kat y Laura, iba detrás de esa foto hace tiempo, hasta que una mañana la pude hacer. No es tan difícil en este Madrid brumoso. Esther, crees bien. Y espero que me espere, siempre lo ha hecho (hasta ahora…) Es fiel en su infidelidad :) Mariajesus, la cabaña es mi refugio, cuando quieras te la presento (aunque sé que a ti es difícil sacarte de Paradela :). Gata, a mí también me suenan cosas, sobre todo de colores, hay algo gatuno en esa cabaña. Virgi, el refugio no es más que una caseta de jardinería reciclada, pero está muy agradable, aunque una persona me ha sugerido cosas para mejorarla. En ello estoy. Framboise, me falta tan poco para volver que ya he vuelto (escribo desde mi mala conexión caravaqueña) El vicio es el vicio :)
ResponderEliminarMenudo cobijo te has "echao", está de lujo!. No me extraña que notes tanto la diferencia al volver a la city. En tu pequeño espacio hay un inmenso mundo.
ResponderEliminarBesitos Diego
Clara, este finde estoy apañándolo algo para hacerlo aún más acogedor :) Me alegra verte recuperada. Besico.
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