Yo no creo en reyes y mucho menos en papanoeles. Sólo creo en el gallo Canuto ―un gallo muy agresivo que tenía mi abuelo en su finca de Albacete cuando yo era un niño―
y en el pájaro Pec.
Como el gallo Canuto supongo que ya no existirá, os envío, a través del pájaro Pec, un regalo virtual para cualquiera que se asome a la ventanita de la cueva. Lo he dibujado esta mañana y echado a volar desde Mayrena ―el paisaje que sobrevuela en el mono-móvil de ahí arriba―. Espero que llegue a todos los puntos cardinales.
Si lo veis desde vuestro alféizar, o peñasco, o avenida hacedle señas para que descienda y os quedáis con un regalo (uno sólo, sin abusar). Y luego le invitáis a un whisky ―este pájaro no come alpistes, ni lechugas, ni mijos; se alimenta de alcohol― para que tome fuerzas y continúe el reparto.
¡Felicidades para todos!