lunes, 27 de abril de 2009

Gorrión

Hoy quiero ser la imagen sin añicos de tu espejo oscuro, si quieres coge mi mano y deja que te aleje del rodillo negro que todo lo aplasta, no puedes dejarte caer, no puedes esconderte en rincones invisibles, sal, tienes aún muchos senderos por recorrer, muchos paisajes por descubrir. Venga, agárrate a mí, sólo hasta que vuelvas a sonreír, sólo hasta que recompongas tu luna llena hoy rota, sólo hasta que vuelvas a volar solo, gorrión, al fin sin heridas...

(Foto: vista interior de la cueva de Mayrena)

lunes, 20 de abril de 2009

Flor de jara, flor de un día.

La flor de jara nace de madrugada y, al atardecer del mismo día, deja caer sus pétalos, uno a uno, en vuelo silencioso, y se cierra sobre sí misma. Hace unos días me dediqué a observar la secuencia, sentado frente a una mata de jara (Cistus ladaniferus en este caso), fue una manera maravillosa de perder (¿ganar?) el tiempo. Os muestro el proceso en diez fotos, minuto a minuto.

17h 30 min. Los pétalos han perdido tersura, señal de que quieren desprenderse.

17h 40min. Ya han caído dos pétalos. Esta flor no es trasnochadora.

17h 45min. Sólo queda un pétalo.

17h 46 min. Cayó el superviviente. La flor sólo muestra los estambres y el pistilo.

17h 51min. Los sépalos empiezan a plegarse sobre los estambres y el pistilo.

18h 00min. Siguen plegándose.

18h 16min. Y siguen, y siguen cerrándose como un cofre mágico.

18h 25min. La cápsula se cierra del todo ¡plof! Dentro madurará el fruto hasta dispersar sus semillas en unas semanas.

...y el suelo se cubre de pétalos. Ya han cumplido su misión de señuelo visual y campo de aterrizaje para los insectos polinizadores. Pero sólo están dormidos. Dicen los que saben de estas cosas que esta noche, a la luz de las estrellas, bailarán la “danza de los pétalos de jara”, mientras los sapos de las charcas cercanas los acompañarán con palmas acompasadas y con sus coros de alegres croídos o croaquidos o como quiera que se llame el canto de los sapos. Pero ésa ya es otra historia.

10h 30 min del día siguiente. Los sapos se han ido, la cápsula sigue cerrada, mientras el capullo que había a su derecha, convertido también en flor de un día, se prepara para repetir el ciclo. La espiral mágica de la vida... sigue su curso.

(Fotos: jara pringosa en los Endrinales)

viernes, 17 de abril de 2009