lunes, 29 de noviembre de 2010

Orquídea


Orquídea, flor de difícil rima.

Humilde en mi bancal, en el arroyo reseco, en la ladera calcárea entre pinos y alhucemas. Ignorada por los grajos, los conejos, las ginetas o el jabalí que se arrima buscando glandes de coscoja. Cepo ardiente inevitable de febriles abejorros que insisten en copular con tu corola amarilla, ellos te regalan vida mientras tú los enamoras. Sensual, hembra.

Te prefiero libre en esa tierra donde vegetas sin lujo que en una floristería procedente de un vivero, seleccionada, cortada, con un precio en tu cintura y destino de florero. Presa, efímera.

Flor de difícil rima eres, orquídea.

(Foto: una orquídea, "Ophrys lutea", cerca de mi cueva)

domingo, 21 de noviembre de 2010

El ventanuco


Te veo sonreír, misterioso, como alelado, sentado en tu sofá favorito, mirando a un punto en el infinito, los ojos perdidos, ausente. Yo estoy en la butaca, a tu izquierda, leyendo la última novela de María Dueñas, pero no me ves, no me miras. Yo a ti sí, de reojillo entre párrafo y párrafo. Tu actitud me tiene algo intrigada, no sé qué pensar, esa especie de beatitud, de embobamiento, de navegar mentalmente por cielos que desconozco, de contestar con un ¿qué? baboso a cada pregunta que te hago. Casi afirmaría que tienes una amante, tu actitud es típica de los maridos que la tienen, los hombres sois todos igual de previsibles y malos actores. No me importa demasiado, si yo te contara... Pero la curiosidad femenina me puede. Te quedas dormido, con la sonrisa babeante, y aprovecho para acercarme a ti, silenciosa, y para asomarme a tu alma y mirar qué es lo que te provoca tanto nirvana. Tu alma sigue hermética, como siempre, pero descubro una especie de ventanuco abierto, como un bloque de cemento que hubiera saltado por desuso. Y me asomo a tu interior...

(Foto: campito de fútbol a través de hueco en la pared no me acuerdo muy bien dónde)

viernes, 19 de noviembre de 2010