lunes, 12 de octubre de 2009

La patera

Esta es la noche. Salí hace 10 días de mi pueblo, al norte de Europa, y he atravesado el continente en camionetas desvencijadas, o caminando, pasando penurias que no cuento, frío, hambre, soledad... Pero al fin llegué a esta playa del sur, desde donde puedo divisar la próspera África, con sus promesas de felicidad, de trabajo, de vida resuelta, de final del hambre.

No me importa que cuando llegue a África me miren con desprecio por el color de mi piel, blanca en lugar de negra, piensan que los blancos pertenecemos a una raza inferior, aunque sé que allí, para no incomodarnos o parecer xenófobos, algunos nos llaman suprasaharianos, en lugar de llamarnos blancos, como si nuestra piel fuese motivo de vergüenza. Yo me enorgullezco de llevarla.

En mi pueblo vivía en una choza primitiva, junto a mis padres y a mis seis hermanos, sin nada que llevarnos a la boca, sin un trabajo, sin nada con lo que distraer nuestro ocio. Por ellos me embarco en esta aventura, trabajaré y con el dinero que gane en África podré mitigar en parte su miseria.

Sé que no va a ser fácil. Algunos han muerto en el intento al zozobrar la patera en la que navegaban hacinados, como alimañas. Otros han sido descubiertos al llegar a África y deportados a sus míseros países europeos. Pero algunos lo logran, eso me impulsa, quizás me pueda colocar de albañil, se está construyendo mucho en la próspera África, o de camarero en un bar, hay millones de turistas que acuden cada año, o en la recolección del albaricoque, del tomate, los africanos no quieren realizar esas labores, les parecen indignas. Allí nadie es pobre, corre el dinero. Empezaré como clandestino pero algún día conseguiré tener los papeles y traeré para África a mi padre, a mi madre y a mis hermanos, los sacaré de la miseria, les procuraré un futuro mejor, allí tiene que haber lugar para todos.

Esta es la noche. Ya he visto la patera varada en la playa, tranquila, esperándome a mí y a otros 80 blancos que partiremos hacia ese futuro esperanzador cuando Sirio surja en el horizonte. Llenos de ilusión, seguros de que lo vamos a conseguir, la gran África tan cercana no puede decepcionarnos...

Esta es... la noche.

(Foto: una patera en una playa de Mauritania, al norte de Nouakchott)

6 comentarios:

  1. Tu entrada es sencillamente...GENIAL
    Y me encantaria que TODOS pudieramos como tu, meternos en su piel durante unos minutos, seguramente el mundo seria distinto.

    Un saludo

    ResponderEliminar
  2. Sabes mirar cada cosa del mundo con unos ojos diferentes y eso es de agradecer, porque consigues que los demás también veamos las cosas desde otro punto de vista.

    Solo espero que tu viaje a la próspera África vaya bien y que encuentres la máxima cantidad de aventuras en tu viaje, que eso es lo que vale la pena, no el viaje en sí, sino todo lo que encuentras en su transcurso.

    1 abrazo y medio :D

    ResponderEliminar
  3. Entonces fue cuando despertó, y se dio cuenta de que su piel era negra y su destino era Europa, no Africa.Y deseó que ese sueño lo tuvieran todos y cada uno de los Europeos.
    Si fueramos capaces de meternos en su piel por un momento, creo que algo cambiaria en el mundo.
    Muy bueno.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. tengo un ordenador que está imposible...

    Aunque luego lo vuelva a leer...

    Darte las gracias por esta entrada por esta reflexión...

    ResponderEliminar
  5. Para entenderlos sólo hay que pensar un instante en meterse en su piel. No es tan difícil... Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Meterse en su piel ...o acordarse de la historia no tan lejana, cuando tantos de aqui se iban a Alemania, Holanda, Francia...

    ResponderEliminar