lunes, 20 de diciembre de 2010
Piel de reptil
Insomnio: dos oes en tu nombre que son como dos ojos abiertos, desvelados, sin párpados, sin pupilas, fijos en la nada del techo vacío. Círculos inútiles entre los altibajos de tu eme y tus enes equivalentes a máximos y mínimos de tu encefalograma desbocado. Otra noche igual, los cachivaches mentales se agolpan en mis sienes, sin orden, caóticos, intercambiables como las piezas de un rompecabezas sin una solución lógica. Ideas absurdas se apelotonan, se superponen sin conseguir salir hacia algún lugar donde volcarse a través de mi lengua, de mis dedos, como ahora mismo un cardumen de tequieros no pronunciados que explotan en mi cabeza sin puertas de salida. Ni ventanas. Entelequia variable, las olas nunca son la misma ola, eterno vaivén, ahora la ola me lleva caminando por la ladera de una montaña que nos une, tú en el levante y yo en el poniente, no hay que subir pendientes, sólo caminar por la curva de nivel hasta encontrarte sin conocerte, es fácil, y luego tomarte de la mano y subir a la cima de la montaña, ya estamos subiendo. Las cimas de las montañas son como los orgasmos paralizados de la geofísica, y a partir de ellas todo es cuesta abajo, un mirarse a los pies para no tropezar, desaparecen los cielos, surge la oscuridad de lo profundo y del regreso. Aún es de noche, eso sí lo sé, o lo intuyo porque mi piel reptiliana no obedece, no responde, sólo mi mente bulle chof chof en un confuso caldo tridimensional y laberíntico. Mi piel de lagarto necesita el calor del sol para funcionar, o el calor de tu piel, o el calor de una piel, los calores son todos el mismo, un concepto termodinámico, una definición, qué líos se cuelan por los entresijos de mi inconsciencia o de mi locura insomne que todo lo mezcla en un cocktail imposible de beber. Mañana, o dentro de un rato, cuando la noción del tiempo inexistente haya desaparecido, cuando me levante sin haber dormido ni velado, cuando mi piel reptiliana empiece a dominar sobre mi mente, me habré olvidado de lo que ahora escribo entre visualizaciones inciertas de papeles desordenados, muñequitos de trapo, la esquina verde de la pantalla de mi portátil, un resguardo del banco y algún lápiz despistado. Entonces ya serán las siete y media, perfectamente identificables en el reloj de mi mesilla, los tictacs del tiempo real no mienten.
Siempre me pasa igual.
(Foto: lagartija roquera en La Najarra, sierra de Madrid)
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Si el insomnio es de amor, no te preocupes, es que además de las oes como ojos, las enes y la eme, tienes también las ies de inquietud e incerteza. Pero eso siempre es bueno. La certeza absoluta todo lo mata.
ResponderEliminarDiego buenisimo el texto de lo mejor que te he leído...
ResponderEliminarGracias
****
Esto del insomnio es droga dura ¿no? Alucinógena (en el buen sentido).
ResponderEliminarDecir que, hoy empiezan a crecer los díaaaAAAAS.
Optimistastoy,
Esteve
P.D: Olvidé la contraseña
lo has descrito como un horror.
ResponderEliminarNo me gusta la palabra, me encanta el texto que has escrito, te imagino con los ojos como platos mirando sin ver......
Guaauuuu!!!!!!
ResponderEliminarComo me gusta el texto, las noches de insomnio no tanto, tambien las conozco a consecuencia de mis cambios de horarios y cuando las sufro por mas que lo intento, no me da por pensar nada bueno.
Y como te entiendo... mi piel de lagarta (UYYY que mal suena, ¿a que en femenino suena peor?) al igual que tú, necesita el calor del sol para funcionar
DIEGO FELIZ NAVIDAD. GRACIAS POR TUS BUENOS DESEOS HACIA MI EN EL BLOG DE ELLA.
ResponderEliminarPasare a visitarte otro día y con calma te leo. Hoy llevo prisa.
Un abrazo y Gracias por tus palabras.
Gracias por linkear, Diego.
ResponderEliminarUn abrazo desde Buenos Aires.
La verdad es que yo pocas noches las paso en vela. Pero cuando las paso, las paso... Un beso insomne a cada uno de vosotros.
ResponderEliminarYO sí sé lo que es el insomnio
ResponderEliminarI.... el campanario de un pueblo
n.... la puertecita de Alicia
S.... serpiente sinuosa sobre sendero silvestre
O.... ojo como plato
M.... gráfico de temblor telúrico
N.... pendiente resbaladiza, sima profunda,muralla
I.... otro campanario
O.... ojo como plato
y encima de los ojos, un cielo retumbante.
Yo sí sé lo que es el insomnio.
Te falta conar ovejitas: una, dos, tres...
ResponderEliminarJajaja mis noches en blanco me han enseñado que contar ovejitas es totalmente contraproducente: mucho antes de llegar a la oveja 9876543210 hay tal ruido en la habitación Beeeeeeeeee beeeeeee que es imposible pegar ojo y luego , al día siguiente tienes que pasar la mopa debajo de la cama para echar los últimos borregos jajaja
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