lunes, 28 de abril de 2014

El suicida frustrado


Me iba bien, poco de qué quejarme, pero una noche de luna llena decidí terminarme; los cruzamientos cablerianos o cablerizos, ya se sabe. Elegí morir como mi tocaya Alfonsina –sí, me llamo Alfonsino, ¿pasa algo?–, aquella poeta que escogió adentrarse en el mar. Quizás algún otro poeta me inmortalizaría en un pentagrama como hicieron con ella, pensaba, me hubiera hecho ilusión. 

Me arrimé a la orilla vistiendo solamente mi bañador verde y me lancé al agua de la costa alicantina. Comencé a nadar siguiendo el rielado de la luna, ritmo tranquilo –soy buen nadador–, unas cincuenta brazadas por minuto, estilo crawl, respiración acompasada, coger arriba, soltar abajo, relajada batida de piernas, pensando en mis cosas y en algunas cosas de los demás. 

El tiempo transcurría, la luna se fue, las luces de la costa desaparecieron. Salió el sol y yo seguía y seguía braceando, me encontraba bien, sobrado. Aumenté la frecuencia hasta sesenta brazadas por minuto, un buen timing –o ritming– para agotarse antes o para conseguir buenos registros en un cronómetro. El sol subía en el cielo, se suspendía, bajaba, se ponía en el horizonte; seguía su curso, indiferente. Llegaba mi segunda noche en un mar encalmado, el cansancio no aparecía ni el ahogamiento subsiguiente. Es lo malo se estar tan en forma.

Al quinto amanecer oí el aspeo de un motor de helicóptero a escasos metros sobre mi cabeza. Me detuve –no sin pesar, seguía a muy buen ritmo y detenerse perturba los avanzares, los trastroca, los desinstala–, me giré hacia él. Un hombre se asomaba al portón con un megáfono en la mano y me gritaba: “¡Alfonsino, vas increíble, si sigues a ese ritmo puedes batir el récord mundial de la travesía a nado España-Argelia!”. Le hice la señal internacional de levantamiento del pulgar de la mano izquierda y proseguí, aumentando la frecuencia a setenta brazadas por minuto, había un objetivo. 

El sexto día –un miércoles– divisé la costa africana a lo lejos y empecé a verme rodeado por pequeñas chalupas cuyos ocupantes me jaleaban agitando banderas de mi pueblo (porque nunca se sabe si a un ciudadano de mi puñetero país le puede molestar o incluso indignar que le agiten una bandera nacional) y, entre gritos de “ánimo”, “tú puedes” y "grande, Alfonsino" en lengua taqbaylit me acompañaron hasta tocar tierra en una playa cercana a Tigzirt, donde me esperaba un gentío entusiasta aplaudiendo mi hazaña: había roto el récord. 

Ahora vivo y tengo una calle con mi nombre en este acogedor pueblo africano y he montado un chiringuito playero donde medro feliz, firmando autógrafos y contando mi gesta a los chavalillos kabilianos y a los cuatro turistas de barriga cervecera que campean por acá. Mi canción quedó aplazada sine die.

14 comentarios:

  1. Sabía yo que ese horrible bañador verde te iba a traer malos pensamientos, Alfonsino :) Espero que lo hayas quemado al llegar a la costa argelina :) Otro lunes de sonrisas :)

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  2. No hay mal que por bien no venga, parece... Un abrazo.

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  3. Ese fue mi error, Diego. Si en vez de ir a buscar las llaves en el fondo del mar "matarile, rile, rile, matarile, lire, rón", me hubiera comprado un bikini verde tal que el tuyo, tal vez nos hubiéramos encontrado en ese pueblo africano, y hoy seríamos felices rememorando tamaña empresa.
    En fin saludos desde el más allá.

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  4. Pobre Alfonsino... ¡Qué paciencia tiene que tener contigo que siempre le metes en situaciones raras ultimamente! Cuando no es un túnel, es un vacío no tan vacío y ahora esto... Menos mal que siempre consigue escapar de tus elucubraciones: está en forma o tiene suerte o su diablo de la guarda hace horas extras.
    Definitivamente, me gustaba más el bañador rojo socorrista. :)

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  5. Pues por lo que leo a los demás comentaristas...se ve que el hombre lo intenta y no le sale, jajajajajajaja. Sin duda, tiene a los dioses de su parte (aunque por lo que leo, quizá no opine lo mismo)

    Un abrazo

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  6. Pues no, Esther, Alfonsino no solo no quemó el bañata verde sino que lo usa como bandera en su chiringo.

    Darío, creo que Alfonsino piensa ahora en cruzar el Atlántico, está crecido :)

    Alfondrice, "hasma", Alfonsino te espera en Tigzirt, Vuelve del más allá, que es aburridíimo.

    Framboise, con el bañador rojo no habría llegado, eses sí que es feo. Pero feo, feo...

    Valaf, en el fondo lo único que quiere el tal Alfonsino es que hablen de él. Es un ególatra. Abrazo.

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  7. Leyendo la hazaña de Alfonsino, me alegro que no lograra su suicidio, así seguiremos sabiendo de sus logros:)) Me gusta ese bañador fosforito!!
    Buen martes.
    Un beso.

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  8. Laura, gracias por alabar ese bañador verde fosforito... No sabes las críticas que recibí en una entrada en el blog en la que hablaba de uno igual que me he comprado en el "Decartón" :)

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  9. Cinco sirenitas te llevaran, por caminos de algas y de coral
    mientras tu mueves los brazos lentamente al estilo crawliano sin hacer esfuerzo alguno durante seis días con sus seis noches de luna
    Y fosforescentes caballos marinos hacen una ronda a tus lados mas escondidos consiguiendo que el bañador parezca un inigualable modelo refulgente de ultima generación.
    El halili del helicóptero, como era de esperar,te localiza rápidamente y jaleándote al estilo Taqbaylit te pesca y deposita en la blanca arena que lame el mar, donde te despiertas del apasionante sueño encontrándote en una playa Alicantina donde un morenito ( este si es africano) alto y delgado como sus ancestros te ofrece varios relojes de pulsera baratos baratos
    Cher Diego, ahora te digo muy en serio que el relato es francamente bueno y lo he disfrutado mucho. moito obrigadu

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  10. Me alegra tanto esa vida feliz después de una batalla así.
    Eres total, Diego, un sol completo, así los chiquillos estarán hipnotizados contigo.

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  11. Iota (u Ioto), quizás él lea tu final de la historia. Pero no creo que quiera ser rescatado, aunque sea de forma tan poética. Se encuentra a gusto en tierras kabiles. Muchos emigran hacia aquí en busca de futuro. Él ha emigrado hacia allá en busca de autenticidad. Abrazote.

    Y ahora mismo emigro a mi Caravaca, a disfrutar de unas fiestas que me llegan, aunque cada año pierden algo de su autenticidad pasada. Y es que las autenticidades también se manchan, se perturban, se trastrocan, se desinstalan :)

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    1. La U te perturba eh? y es que el tercer sexo todavía inquieta a algunos.....
      y es que hay verdades que manchan, perturban, trastocan y desinstalan y fastidian. Abrazotextos

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  12. Virgi, no te había visto :)
    Cualquier día le digo que continúe su nadada hasta Tenerife, ya puesto... :) Y así te conoce. Beso.

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  13. Lo que son las coincidencias, justo esta semana he estado leyendo algunos poemas de esa escritora que nombras..."Es que abrí la ventana hace un momento, y en las alas finísimas del viento, me ha traído su sol la primavera" :)
    Me ha encantado, cómo algo negativo acaba con algo positivo, que de todo se puede sacar algo bueno; me hiciste reír con tu particular manera de narrarlo.
    Por cierto, el verde es mi color favorito, perfecta elección de bañador para tamaña hazaña.
    Un besico pasado por agua, me encantó el cuento muchísimo :)

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