jueves, 21 de agosto de 2014

Arena

La arena grano a grano se desliza entre mis dedos, tiempo fugitivo que no quiere adormecerse en mi mano. Pero puedo regarla con mis lágrimas y convertirla en barro húmedo que se retenga y se deje modelar, acariciar, sólo durante unos instantes hasta que el reloj seco de tu mirada lo convierta de nuevo en arena que se me escapa con calma, sin ruido, libre.

(Foto: huellas de animal inidentificado en una playa de la Guajira colombiana)

5 comentarios:

  1. Somos artífices de pequeñas magias... Un abrazo.

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  2. Eres un poeta, un gran sensitivo, un gran buscador. Dejas que la vida se deslice suavemente entre tus dedos, ese reloj de arena que va marcando el paso del tiempo, donde tu huella quedara para siempre

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  3. Es tan inútil intentar retener la arena en una jaula de dedos como intentar hacerlo con el agua, el viento o el amor.
    Sólo podemos dejar una pequeña huella, aunque sea inidentificable.
    Un beso, poeta.

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  4. Ya lo dije en mi querencia alargada: consigue escapar deslizándose entre mis dedos sin yo poder retener ni uno solo de los granos de la arena de su playa.
    No quiero regarla con lágrimas, prefiero que escape. Y si luego ha sido capaz de dejar huella, pues cojonudamente.
    Besito desde arenas mediterráneas.

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