lunes, 9 de febrero de 2015

La mirada

Subía ─trepaba─ hacia el Valle de Jimo por la empinada ladera cubierta de piedras sueltas y guijarros, incómoda. Sentí una mirada que me restaba confianza, invadía la soledad que a veces busco. Inquietante, molesta, persistente. Al trasponer el último risco ─el que da acceso al valle─ lo vi no tan lejos: el ojo atrapado y anclado en su agujero.

25 comentarios:

  1. Si fueras gallego te diría "¿elojo?" y tu me darías una razón...
    Cuando sea mayor yo quiero ser como tu y vivir a tu abrigo.

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    1. Si tú me dices “elojo” lo dejo todo, Para. Cuando seamos mayores podíamos hacer un ménage à trois Kiko, tú y yo.

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  2. Por dios, quién amenaza con ojo tan aterrador??? Un abrazo.

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  3. Imagino que no era el ojo de dios que todo lo ve, más bien el ojo de Atenea, la lechuza de Minerva que anda por las alturas molestando con su mirada penetrante :) Tú ni caso, sigue hacia arriba ajeno :)

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    1. No, si yo seguí trepando, pero es aún más incómodo sentir la mirada de esa lechuza en el culo que en la frente.

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  4. Presentado de esta forma...inquietante este ojo con patas... ¿Será el gran hermano? :D
    Ahora ni en el monte se puede estar a solas; cada día te encuentras con más senderistas grabando su recorrido con el ojo de su cámara.
    Pero si esto sirve para que se haga descubrir, apreciar y respetar la Naturaleza pues... por mí, bienvenidos sean. :)

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    1. Lo malo es encontrar ojos escrutadores hasta en tus paisajes más íntimos. Y es que estamos tan coordenadizados, localizables, maquinizados, avizorados que es imposible esconderse en cualquier lugar o jugar a la gallinita ciega sin que te descubran en un pispás. ¡Qué control nos tienen, oiga!

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  5. Esa mirada no hubiera inspirado jamás a Gustavo Adolfo Becquer, aquella rima:

    "Si alguna vez con tus azules ojos (aquí se puede poner el color de los ojos de la enamorada: verdes, negros, castaños, fucsia, que quedará muy del agrado de la destinataria),
    miras a alguien de forma apasionada,
    acuérdate, para evitarte enojos
    que también se puede besar con LA MIRADA.

    Pero nunca con el ojo del cristal con que esa MIRADA mira.
    Además patuda.....
    ¡Jó, Diego......!


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    1. Además, ni siquiera son patas: son pseudópodos. Siguiendo mitológicos, también puede ser un ojo que se le ha caído al dios Argos Panoptes, aquel mítico gigante con el cuerpo cubierto de ojos para vigilar a los enemigos de Hera y que mató al monstruo Equidna cuando dormía en la cueva (de Mayrena, ¿te da cuén?)

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  6. ¡¡Que mal rollo me dan los ojos avizores!!
    No me dejan moverme libremente, ni hablar con naturalidad.

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    1. No temas, ella, como dice el refrán, "ojo avizor, poco mordedor".

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  7. Ese ojo tiene una mirada mu rara.
    Bueno, todo él es un bicho raro que da mucha cosa.
    Esta vez no me gusta nada lo que te ha salido de esos adentros.
    Besito desde las afueras.

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    1. A mí tampoco me gusta nada, gata, pero ¡¡¡estaba allí arribotas, palabra!!!

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  8. Bah!!!, eso no es ná, maese Diego. Recuerdo yo una acampada de hace algunos años (todavía eran pequeños los dos mayores) en el Penyagolosa. Bueno, fue una acampada larga porque nos tiramos allí casi todo el mes de agosto (la zona de acampada está muy bien y encima tienes Vistabella del Maestrazgo a unos 10 km en coche, lo cual te permite tener tiendas y todo eso). Pues el caso es que me adentré en el bosque para hacer aguas menores (mear, vamos) y estaba yo tan tranquilo mientras de paso miraba la Vía Láctea y ¡ZAS!, me alumbra una linterna, jajajajajajaja...otro (u otros) que pasaban por allí linterna en mano, jajajajajajaja...
    Así que si alguien graba o saca fotos del campo y tú por esas andas por allí, TAMPOCO ES PA DEDICARLE ESE PEASO ALIEN QUE TE HAS CURRADO, jajajajajaja...

    Hale, un abrazo con resfriado incluido

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    1. Valaf, yo también he tenido la experiencia de ser invadido en mi tienda en mitad del monte y de la noche por una linterna inoportuna. Y no sé si el mayor susto me lo llevé yo o el de la linterna :) Y en cuanto a lo de hacer aguas menores (mear, vamos) te cuento algo que me ocurrió hace solo unas semanas. Andaba yo en lo alto de la sierra de Guadarrama un día de frío intensísimo. Me había forrao para soportar las bajas temperaturas: botas de goretex, dos pares de calcetines gruesos, malla de licra para las piernas, pantalón de pana, gueltres, camiseta térmica, camisa de lana, chupa de doble capa, pasamontañas cubriéndome hasta las orejas, guantes de lana… y héteme aquí que, al cabo de tres horas, me entran ganas de hacer aguas menores (de mear, vamos). Total, que me desarrimo de la senda, elijo un pino regable y empiezo a intentar abrirme paso entre tanta prenda para conseguir la necesaria localización y extracción del órgano mingitorio. Trasteé durante un par de minutos, descorriendo cremalleras, subiendo telas, bajando otras, buscando a izquierda y derecha, cada vez más inquieto, pero, entre tanto material, que la tengo pequeña y que con el frío encoge, ¡no me la encontré!. Menos mal que pude aguantar una hora más y en el bar del pueblo pude por fin liberar con calma mis ataduras y comprobar que todo seguía en su sitio y funcionando normalmente. Y es que la vida del montañero es muy dura

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    2. Ah, no, no...en mi caso fue en pleno agosto, es decir, que me la encontré sin dificultad alguna. Ahora bien, todavía ando intrigado por aquel "jijiji" que salía de atrás el foco luminoso a la par que con el susurro de asombro a lo "joooooooooooeeeerrrr..." que salió del mismo sitio, jajajajajajaja...

      Un abrazo

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    3. Ni caso, como decía San Apapucio, "la ventaja de tenerla pequeña es que pesa menos y es más fácil levantarla cuando se la requiere". Un abrazo recién levantado.

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  9. No faltaba nada más que eso que ni en el monte pudieramos tener intimidad.
    Un abrazo.

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    1. Tete, el monte cada vez está más frecuentado. Ya hasta los ojos solitarios lo recorren sin complejos. Un abrazo, paisano :)

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  10. Será un amigo de esos monos que tienes atrapado y te ha dao un aviso;))
    Buen miércoles.
    Un beso.

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    1. Ya verás la que lío cuando libere a todos mis monos atrapados...

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  11. Lo diré de forma suave: ¡qué mal rollo, tío!
    Y que ese ojo de mire de refilón,...por el rabillo...

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