lunes, 7 de septiembre de 2015

Supino


Sería como mirar una laguna al revés, de aguas antigravitatorias, suspendidas. Los vencejos serían peces (sus plumas escamas) o quizás algas, y las nubes olas (o islas). Tú estarías en un extremo de la óptica inversa, apenas visible desde mi ángulo, mirando también las aguas imaginadas y sonreirías. Yo volaría, la espalda apoyada en la broza seca, rumbo a ti o hacia algún anticielo rocoso.

(Foto: cielo con vencejos y puntica de ciprés)

7 comentarios:

  1. Maravillosa naturaleza, que tanto te inspira.

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  2. Paradeliña, la naturaleza inspira, respira y aspira. A me tiene "tó zumbao". Aunque la maltratemos :)

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  3. Cómo algo tan breve puede ser tan hermoso? :) Hola Diego, comienzo el camino de vuelta y a pasarme por los blogs, que os tenía abandonado. Me encanta la imagen que has sabido crear en sólo un párrafo. Muchas veces, tumbada en la cama, fantaseo con la idea de darle la vuelta a la habitación y caminar por el techo. Y ah! este verano vi peces voladores, y era casi como si la tierra y el cielo se hubieran dado la vuelta :) un besico

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  4. Seran mundos de un instante, que en espejos se reflejan?

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  5. A mí también me gustaría darle la vuelta a todo.
    Bss.

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  6. Así debió de ser al origen: el árbol tan cerca, los pájaros-peces nadando-volando y en medio el cielo azul de la poesía.
    Pero el hombre se puso de pie, empezó a pensar en vez de disfrutar, empezó a dividir el terreno en mío y tuyo y... se jorobó el resto.
    Yo también quiero volver allí. Sería bonito...
    Sonrisa de vuelta a mi otra isla. :)

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  7. MUY BUENAS TARDES, maese poeta. Porque poesía es (bueno, me ha salido a lo Yoda, pero es una prosa preciosa)

    Un abrazo

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