lunes, 26 de octubre de 2015

C4

Hay cosas que por el uso ―o el abuso― trascienden de su naturaleza material y se convierten en algo vivo, querible, con alma. Es algo así como la transubstanciación, pero en ateo.

Me ocurrió con una camiseta de color fucsia y múltiples bugs bunnys estampados que me regalaron mis hijos, cuando aún. Duró siglos, me la ponía hasta para dormir convertido en un miembro más de la conejera. Hasta que desapareció misteriosamente del cajón de mi armario, junto a otras vetusteces no tan queridas ni recordadas.

Ha vuelto a ocurrir con numerosos artilugios, artefactos, cachivaches, entes. El último ha sido mi cecuatro, que ha vivido conmigo los últimos nueve años. Doscientos setenta mil kilómetros por pistas, autovías, carreteras, desde Betanzos a Cartagena, desde Huelva al Llobregat. Confidencias, anécdotas, secretos compartidos ―aquel dedo pulgar de un pie que presionó su luna delantera hasta hacerla estallar― risas cómplices, músicas. Cuando lo dejé hace solo unos días para subirme en su heredero, tras mi beso de despedida, me dirigió una mirada que no le había visto nunca. “¿Por qué?”, me preguntaba. Tú lo sabes bien, pequeñajo: es mejor ahora, así ninguno de los dos asistimos al deterioro inminente del otro.

(Foto: mi exC4)

16 comentarios:

  1. BUAH!!!, cómo te entiendo, Maese. Me has recordado nuestro primer coche, un Citroen ZX color verde oliva, madre mía... acampadas, pistas penyagoloseras a gogó, toda la cornisa cantábrica, Córdoba y aledaños, sur de Francia y también la bellísima Bretaña, primero sin niños y ya luego con ellos. Hombre, hasta se quedó incrustado el olorcillo de los vómitos infantiles en algunos de esos viajes en el asiento trasero, jajajajajajajaja... Cierto, hay cosas, como los coches, las cuales y por las vivencias que realizamos con ellas, dan muchísima pena cuando al final se se hacen tan viejas que ya no es posible ni siquiera recorrer unos cuantos kilómetros sin que amenace en desmontarse a piezas. Y cuando ves fotos de aquellos tiempos, pues son como uno más de la familia. Ahora bien, dirás tú que con 9 años en todavía puede tener mecha (aunque 270.000 km son 270.000 km, cierto)

    ResponderEliminar
  2. Valafson, yo tuve una ranchera Renault cuando mis dos hijos eran pequeñicos. Viajaba siempre de noche, abatía los asientos traseros habilitando una especie de cama, ponía dos sacos de dormir y viajaban del tirón dormiditos. Ahora cada uno tiene su coche y yo los he sustituido por mis bicis, que no precisan sacos de dormir, no te dicen que tienen ganas de hacer pis, ni se pelean, ni te preguntan cada dos kilómetros que cuánto falta para llegar :)

    ResponderEliminar
  3. "Es mejor ahora, así ninguno de los dos asistimos al deterioro inminente del otro".
    :( me ha caído una lágrima con esa frase.
    Yo aún no he tenido coche propio, no conozco esa sensación que describes con un cuatro ruedas, pero sí la sensación general. Un abrazo sentío Diego, y suerte con tu nuevo coche, que os queráis mucho :)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Patricia, yo no concibo una vida sin coche. Por la libertad que te proporciona. Con mi nuevo C4 todo se andará. De momento estamos conociéndonos :) Un beso, murcianica.

      Eliminar
  4. A mí también me pasa siempre: da pena e incluso algo de remordimiento abandonar todos estos trastos familiares que fielmente nos han acompañado durante kms de vida. Y sin apenas quejarse por nuestro trato no siempre atento.
    Pero así es la vida... Ya sabes: los que ya no sirven o estorban... a la basura.
    Siempre te acordarás de los buenos ratos compartidos pero sé que ya disfrutas de la nueva ilusión del sustituto. :)
    Felices kms tengáis. (y conociéndote serán muchos y variados :)
    Ps. mi yaris y yo tan contentos: acabamos de aprobar la itv con sobresaliente. :))

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Sí, espero que serán muchos y variados (los kms). Los dos estamos con ganas de meneete :)

      Eliminar
  5. Hola Diego :)

    Tenías que haberme dejado que me despidiera de tu c4, que seguro que me echaba de menos :)

    Bueno... y eso de "deterioro inminente", ¿qué significa? que tú estás hecho un chaval :)

    Un beso juvenil para ti ;)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Te echaba de menos, pero tú a él no (snif)! Mi deterioro empezó el día que me abandonaste :)

      Eliminar
    2. Nada, dejo estos montes y me voy contigo otra vez para que rejuvenezcas :)

      Eliminar
  6. Te entiendo......
    Pero pena, dolor, añoranza y nostalgia, sólo cuando "se duerme" a un perro.....
    El coche no mira, el perro si, y de que manera......
    De todas formas, mi pésame por el C4, y mi enhorabuena por el C4.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaaaale, te veo tierno hoy :) Pero a un perrete que viaja contigo en el coche también hay que bajarlo a hacer pis cada x kms. Yo recomiendo la bici, que también mira :)

      Eliminar
  7. Tenia MI coche rojo. Le llamaban Barbie , se pegaba como una lapa a la carretera e ibamos los dos cantando felices donde quiera que fueramos. Pero pasado un tiempo la vida me exigio un coche mas amplio, mas practico, asi que besando con pena al todavia flamante Barbie me he metido en un coche oscuro, pesado al que odio e insulto con cierta frecuencia. Tu nuevo C4 presiento que te va a hacer feliz con sus ultimas novedades y su juvenil dinamismo DISFRUTALO QUE SON DOS DIAS

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Dale tiempo, mujer. Los grandes amores a veces empiezan con odios e insultos. Peor sería al contrario :)

      Eliminar
  8. Nos cuesta desprendernos de esos "compañeros" que tanto y tan bien nos han acompañado. Con el nuevo harás también miiiiles de Km .seguro que será un buen amigo ;)
    Un beso

    ResponderEliminar
  9. Después de dos años, añoro todavía a mi forito...

    ResponderEliminar
  10. Yo echo de menos a mi Kangoo.
    La mejor sensación de mi vida ocurrió dentro de ella.

    ResponderEliminar