lunes, 5 de octubre de 2015

Tejo del Barondillo


Por fin he conseguido ―al tercer intento― llegar hasta el tejo del Barondillo, considerado el árbol más viejo de la Comunidad de Madrid. En realidad es una “teja”, como atestiguan sus arilos que maduran este mes. Es impresionante, no solo por su porte, espléndido, también por el respeto y autoridad que transmite. Se yergue en una ladera umbrosa, junto a un arroyo, oculta a miradas, discreta, rodeada de pinos silvestres y tejos sin duda descendientes de ella.

En realidad es mucho más que milenaria, pues su edad  ―que, coqueta,  no me ha confesado― se estima entre los 1.200 y los 1.500 años.

Me ha emocionado conocerla, y hasta he podido entablar una breve conversación con ella (es refunfuñona, como su pariente no tan lejano del Sestil, no le gustan demasiado las visitas ni hablar aunque su voz es dulce y vigorosa, algo quebrada). Me ha dicho que es feliz en ese emplazamiento, que ha habido cientos de generaciones de pajarillos anidando en sus ramas, que ha dado sombra a miles de jabalíes, de corzos, de lobos y hasta ¡de osos!, que al arroyo que la arrulla nunca le ha faltado agua, impetuosa a veces, helada, siempre cantarina, ni nieve en la ladera en invierno o sol en su espalda. También me ha dicho que no ha conocido al hombre hasta hace sesenta años, tan solitario y agreste es el lugar donde vive, y que no le gustan los hombres, que siempre vamos haciendo ruido, que hablamos a gritos, que somos feos, que meamos en su tronco. Y luego se ha callado.

Yo me he quedado contemplándola un rato más, en silencio, con una sonrisa de agradecimiento en mis labios, de admiración, viendo sus heridas, su tronco hueco, arrugado, sus ramas torcidas. Cuando me marchaba, al cruzar el arroyo, he oído su voz por última vez. “¿Cómo es el mar?”, me ha preguntado. “Es como tu ladera, pero sin árboles, sin arroyo, sin pájaros, sin sol, sin belleza, y está lleno de hombres, no te gustaría”, le he mentido. Ha abierto una sonrisa ―he querido creer― y mientras me alejaba me he hecho la promesa de volver no tan tarde a visitarla.

(Enlace de mi ruta para wikilocos: Valle Lozoya y Tejo milenario)

(Foto: el Tejo del Barondillo)

13 comentarios:

  1. Me alegro por este día guapo, Diego. :)
    ¿Ves? Si te hubiera acompañado esta vez, se habría asustado la teja con mi recua de caracoles estornudando y no habrías vivido este momento mágico de conversación con ella. Hay ocasiones en que tres es multitud.
    Me alegro por ti PERO me das envidia cochina: últimamente sólo hablo con tomates y lechugas, de conversación sosa. :D
    Besi :)

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    1. El tejo puede esperarte otros 500 años, no tiene prisa, y en ese lapso de tiempo supongo que se te habrá curado el catarrazo :) Ya nos contarás tus conversaciones tomatero-lechugueras :)

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  2. MUY BUENAS NOITES, maese Diego. He de decirle, y le digo, que el fragmento en que vos dialoga con Lady Teja es, sencillamente, una delicia. Es muy bonito ese fragmento, sí señor!!! Y por otra parte y mire por dónde, me he recordado vuecencia el gran amor que maese Tolkien tenía por los árboles. Es más, a medida que leía su encuentro, Barbol se me iba dibujando en la mente,

    GEEEEEEEEEEENIAL!!!

    Un abrazo!!!

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    1. Valaf, charlar con Lady Teja fue un auténtico placer. Por su tono, su serenidad, su pausa. Y porque no sabe nada (ni habla, claro) de política, políticos, fútbol, guerras ni fronteras. Tampoco me habló de duendecillos, se ve que intuyó que mis aficiones no van por ahí, Aunque Tolkien es Tolkien y Barbol, Barbol :)

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  3. Boa tarde, texto bem escrito está em perfeita sintonia com a imagem.
    AG

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  4. Tus conversaciones con la naturaleza las sientes tan profundo que estoy segura que real y milagrosamente te hablan y te cuentan secretos que nadie sabe. Quizas por eso eres tan sabio. LA FOTOGRAFIA YA HABLAREMOS..... Graciassssss

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    1. Es que... me hablan :)- ¿La foto? Cuando quieras quedamos en El Paular y te llevo a que la saques tú misma. Eso sí, prepárate para caminar :)

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  5. Yo, Iota en un monasterio? Agradezco tu amable sujerencia pero esos sitios supuestamente santos estan llenos de fantasmas quejumbrosos a los que siempre les falta que un ser vivo paciente e ingenuo, a la par que valiente les escuche con sus lamentos , sus arrastres de cadenas y demas zarandajas y de esa manera mantener la atencion de la gente sobre ellos, cosa que no consiguieron cuando estaban vivos.¿No podriamos quedar en algun bar de la zona ? Y alquilar un par de mulas que nos lleven hasta el susodicho Tejo? Porque ya sabes que con lo mucho que pesamos los dos de bicicletas nada...

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    1. Es que.. no te lo había dicho, Iota... pero resulta que...soy monje benedictino y vivo en la cartuja del Paular, por eso te cito allí.... :)

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  6. ¡¡ Sacrilegio !! Tu monje , y yo mujer y coqueta, que en mi fuero interno habia pensado : AL ATAQUEEER.
    Voy a confesarme inmediatamente , no quiero hacerle compañia a un tal Pedro Botero. Por cierto no sera ese que pinta señoras gordas a reventar ?

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  7. Si que tiene un buen porte y mucha belleza de tantos años de vida. Seguro que se alegró con tu visita.diego ;)
    Un beso.

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  8. ;) Ayer me habló a mí también (pero no diré nada de nuestra conversación) y le contesté: "Me gustas y volveré, te lo prometo." :)

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