lunes, 15 de junio de 2009

Los zapatos de la orilla

Un par cualquiera de zapatos es la pareja más fiel, la más unida, la más leal. Nada son el uno sin el otro, nunca se alejan más de un paso, matrimonio perfecto. Juntos descansan, juntos caminan... hasta que la muerte de uno de ellos (por agujero en la suela u otra causa) los separa. Entonces su dueño los abandona a su suerte, cada uno por su lado, sin considerar que a ellos quizás les gustaría seguir siendo una pareja unida más allá de su vida útil.

Hace poco di un paseo por la orilla de un río.

En apenas un kilómetro pude ver varios de estos zapatos o zapatillas abandonados entre los guijarros y la hierba de la ribera. Desparejados, solitarios, tristes, fríos. Desaliñados. Cada uno me sugería una historia diferente ¿Cómo llegó hasta aquí? ¿Qué pie lo calzó? ¿Masculino, femenino? ¿Tenía callos, sabañones? ¿Corría, caminaba, gateaba?

En las fotos que siguen he dedicado un comentario, un pie, a cada uno de vosotros, zapatos y zapatillas ribereños solitarios. No es el añorado pie que os calzó y cobijásteis con cariño, pero espero que al menos os aporte algo de calorcillo y os salve del anonimato durante el escaso tiempo que se tarda en leerlo.

Pobretica zapatilla, fuiste abandonada súbitamente después de tu último partido de tenis, que tu dueño perdió como siempre. Ni siquiera tuvo la paciencia de desatarte los cordones que ahora te sirven de mortaja.

Bota, has subido montañas y cerros, conocido senderos y trochas, y tu dueño te abandonó porque le oprimías el dedo gordo del pie. Abriste un agujero para mitigar su dolor pero tu gesto generoso no fue apreciado por él. Más bien precipitó tu abandono (¡desagradecido...!)

Te caíste de una bolsa de deportes, estás demasiado nueva como para que te hayan abandonado por exceso de uso ¿O eres una zapatilla rebelde que se lanzó desde la bolsa en busca de aventuras solitarias? Y el río te arrastró hasta donde yaces ahora suplicando un pie y añorando a tu compañera.

Chancleta tan desgastada, refugio hoy del rocío ¿quién te dejó en ese estado? ¿Fueron los cantos rodados de este caudaloso río o te mordió un pez piraña?

Al menos tú, bota de agua, estás en tu entorno. Puedes gozar con el sonido del río, en cuyo barro te quedaste atascada aquel día. Y las noches de luna seguro que te visitan los grillos y te cuentan historias de sapos y musarañas.

Me desconciertas, no sé de dónde procedes, pero me gusta pensar que un día calzaste el menudo pie de la reina de las fiestas del pueblo. Tuviste tu momento de gloria. Hoy me dan ganas de arroparte, se te ve tan frágil, tan encogidica de frío...

Una noche oscura te lanzaron por la ventanilla del coche, en esos momentos mágicos en que toda la ropa sobra y vuela con desorden y premura. Y a tentarujas tu dueña fue incapaz de hallarte luego, entre la hierba húmeda, pasado el desenfreno, cuando la piel vuelve a calarse de frío.

Tú has muerto de una sobredosis, de una sobredosis de pie. El piececito que te calzó creció, creció, creció, y ya no pudiste cobijarlo más, rebosaba por todos tus huecos. Contigo acabó de gatear y comenzó a caminar alegre, descubriendo nuevos senderos para investigar con otros zapatitos diferentes.

(Fotos: diversos zapatos encontrados en la orilla del río Tera)

11 comentarios:

  1. Parece imposible que alguien sea capaz de mostrar tanta ternura hacia algo que cubre una parte de nosotros no demasiado agraciada...por suerte para ti, ya la intemperie "ha barrido" el olor a "queso" (¿viste alguna forma más rastrera y tosca de deshacer el sentimiento que tus reflexiones deja?).

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  2. Ja,ja,ja... nunca hubiera pensado que entre esas parejas se diera una historia de amor tan perfecta, y mucho menos que detras de esos zapatos sueltos que vemos de vez en cuando, existiera una historia tan humana. Es increible, un zapato suelto ya no significará lo mismo para mi de ahora en adelante.
    Muy bueno Diego. Me has hecho reir.
    Un abrazo.

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  3. Supongo que todas esas zapatillas no las encontrarías en la misma excursión, no? :DDDDDDDDDDDDDDDDDDD

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  4. que cosas más raras coleccionas diego ;)

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  5. María Jesús, si algún zapatito olía a queso, tenía que ser a algún queso de tu tierra (¿tetilla?) o del norte de Zamora, el río es el Tera en su zona alta.

    Tetealca, me alegra haberte hecho reír, sé que lo estás pasando mal esta temporada. Mucho ánimo.

    Hola, Liz. Es fácil inspirarse con cosas así. Sobre todo si se mira al menos con un ojo, aunque el otro sólo vea.

    Ender, te aseguro que todos esos zapatos y zapatillas los encontré sobre la orilla izquierda del río Tera, cerca de Sanabria, en un solo paseo. Igual en la orilla derecha estaban sus parejas...

    Angelito, otra cosa que colecciono son fotos de cagarrutas de bichos varios. A ti que te gustan los números, te habrás dado cuenta de que en la colección hay 4 zapatos del pie derecho y 4 del izquierdo, empate.

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  6. En serio? todos esos zapatos en el mismo paseo?????

    Madre mía! :D

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  7. ¿Sabes? Nunca me había parado a pensar en la íntima relación que pueden tener un par de zapatillas o zapatos, pero claro, como tú eres el "rey de las pequeñas cosas", pues te fijas en todo, en los charcos, en los insectos, en el tiempo que tarda una flor en perder los pétalos, en cuanto tardan en madurar los albaricoques de tu pueblo, en el ojo que se dibuja entre los resquicios de una montaña, en las charcas que se crean de forma natural en medio del monte... (sigo?)

    P.D. Me debes un café, que sepas que no te lo voy a perdonar :P

    PPD. 1 abrazo fuerte.

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  8. Zoldar, la felicidad está en las pequeñas cosas. Es una pena que yo no haya pronunciado esta frase hace 2000 años porque ahora sería famoso. Pero bueno, si ya la han dicho un millón de personas, me apunto a ser la un millón una, el ránking es el ránnking :-D Pronto nos tomaremos ese café, el mío con hielo y doble.

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  9. Muy buena la entrada, es todo poesia. biquiños

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  10. Hola pajarito azul, sigo adentrándome en las profundidades de tu cueva... pá cotilla yo jaja
    Y detrás de cada roca, me arrancas una risa, una sonrisa...
    Yo, nunca separo los zapatos. Atados, uno por los cordones del otro, otro por los cordones del uno, les dejo que vayan buscando aventuras nuevas a los pies de quien los necesite. Y guardo muchos... sentimental que es una.
    Y eso que me maltratan casi todos jaja ay!!
    "Je n´ai trouvé qu´une chaussure à mon pied" que diría la de los "souliers verts" busca, busca jaja
    Bizous, bizous

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