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Orquídea, flor de difícil rima.
Humilde en mi bancal, en el arroyo reseco, en la ladera calcárea entre pinos y alhucemas. Ignorada por los grajos, los conejos, las ginetas o el jabalí que se arrima buscando glandes de coscoja. Cepo ardiente inevitable de febriles abejorros que insisten en copular con tu corola amarilla, ellos te regalan vida mientras tú los enamoras. Sensual, hembra.
Te prefiero libre en esa tierra donde vegetas sin lujo que en una floristería procedente de un vivero, seleccionada, cortada, con un precio en tu cintura y destino de florero. Presa, efímera.
Flor de difícil rima eres, orquídea.
(Foto: una orquídea, "Ophrys lutea", cerca de mi cueva)