lunes, 11 de abril de 2011

Lluvia ascendente


Llovía hacia arriba, os lo aseguro, ¡hacia arriba! Brotaban las gotas desde la hierba que yo pisaba, gordas, y se precipitaban, es un decir, hacia el cielo. Un cielo azul, despejado. Yo estaba en el monte recogiendo espárragos; me gusta recoger espárragos, qué le vamos a hacer. El suelo se había cubierto de nubarrones al inicio blancos y luego negros, amenazantes. Sonó un primer trueno que parecía surgir del agujero de un grillo que grilleaba por allí. Y comenzó a llover hacia arriba; ya lo dije, no es cuestión de insistir.

Luego empezó a granizar; los granizos ascendían por la parte interior de los pantalones castigando mis canillas, dolía (no llevaba calcetines). Entonces cogí el paraguas, siempre lo llevo cuando voy de espárragos, es una manía. Apoyé su extremo en el suelo, lo abrí a modo de barca y, con un salto ¡hop! me subí agarrándome al mango.

La lluvia, cada vez más intensa, nos empujaba hacia arriba al paraguas y a mí dentro, o encima. Comenzamos a subir, a subir hacia el cielo, arrastrados hombre y paraguas por aquella fuerza irresistible. Al cabo de dos horas o cinco —no sé precisar, no llevo reloj cuando voy a buscar espárragos— salió un extraño arcoiris inverso y cesó la lluvia. Suspendido allí arriba, muy alto en el aire, asomé la mano para comprobar que ya no subía agua del suelo. No subía. Entonces cerré el paraguas; ya no tenía ningún sentido mantenerlo abierto.

(Mono: diego fecit)

7 comentarios:

  1. ¡Ay! ¡Qué me has dado un susto al cerrar el paraguas, Mary Poppins!

    Supercalifragilisticoespialidoso,
    Esteve

    ResponderEliminar
  2. Yo también creo que es más fácil bajar con él abierto.

    ResponderEliminar
  3. Te lo iba a decir: ¿estás arriba y cierras el paraguas? ... o caiste dentro del arcoiris que te depositó suavemente el suelo ... o... ¿qué pasó?....

    ResponderEliminar
  4. Diego, a veces eres extraño escribiendo. Pero me gusta leerte.

    Un beso soplado.

    ResponderEliminar
  5. Y los espárragos ? se quedaron suspendidos? se mojaron ?.

    besito Diego

    ResponderEliminar
  6. Pues no, no me ha caído, por ahí arribotas sigo, con el paraguas cerrado y un manojico de espárragos en la mano. Al menos tengo algo que comer. Ya bajaré si eso cuando me apriete el hambre.

    ResponderEliminar
  7. yo creo que eso debió ocurrir un día que la luna tuvo mayor gravedad que la tierra, a veces suceden cosas así...todo nuestro mundo se invierte, pero dura poquito, solo unos instantes en los que puedes saltar a la comba con el arco iris. Es divertido.

    ****

    ResponderEliminar