lunes, 2 de julio de 2012

Tu último pelo



Cada vez que vienes a nuestro refugio clandestino suenan los pífanos de la ilusión en mi interior. Reboso. Sólo estás unos días, pocos, locos, y cuando te marchas vuelve a inundarme el sintiísmo, la nostalgia, el recuerdo, la tristeza. Antes de marcharme yo, dos días más tarde, barro, limpio, friego baño, dormitorio, cocina, baldosas, suelos, uno es muy aseado, y siempre encuentro pelos de tu cabellera por doquier. Los pelos de la pasión, del desenfreno, del peinado desenredador. De la lagrimilla. En la sábana, en la almohada, en el suelo, en la bañera, en el microondas, hasta en el congelador de la nevera los he encontrado. Pelos atrapados en la escoba, que al retirarlos a mano para echarlos al cubo de reciclaje es como si los acariciara otra vez. Pelos tuyos, inconfundibles, negros, finos, largos de cuarenta centímetros. Pelos.

Desde la última vez que estuviste en él, he visitado cuatro veces nuestro refugio clandestino. Solo, sintigo. Al marcharme, me armo como siempre de mopas, fregonas, kahachesietes, y barro, limpio, fregoteo, doy esplendor. Siempre ha aparecido algún pelo tuyo, como una reliquia de tu última vez, abrazado a una pelusilla de esas que florecen bajo las camas, o detrás de una puerta, o enrollado en la a del teclado del portátil. Cada vez son menos numerosos, como mis lagrimillas, pero siguen apareciendo. 

Ayer, antes de dejar el refugio clandestino después de pasar unos días solitarios, barrí de nuevo, y sólo encontré uno de tus pelos negros inconfundibles, oculto bajo la pata de una silla de la cocina. Tu último pelo. Ya no hubo lagrimilla nostálgica, la intensidad de mis añoranzas también disminuye a medida que voy encontrando menos pelos tuyos, hasta desaparecer, supongo, cuando mis escobas, mopas, pañitos de mercadona, bolsas de la aspiradora aparezcan total y definitivamente liberados de tus cabellos. 

Vas a tener que coger tu jet privado, o tu bmw, o el ave, o la bici azul con timbre niquelado y volver unos días conmigo a nuestro refugio clandestino, para inundarnos de besos y para sembrarlo de nuevo con tus cabellos largos, negros y etcéteras, si no quieres que me olvide hasta de tu nombre... ¿Manuela?

(Foto: pelo largo, fino y etcétera en lavabo)

13 comentarios:

  1. ¡Ahhhhhh! ¿Ves que bien? El pelo largo es mejor para dejar rastro.

    Un abrazo pelao,
    Esteve


    (Anamari, besín)

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  2. :D yo creo que esta chica espacia sus visitas por temor a quedarse calva :D :D hay que ver qué cantidad de pelo pierde en cada visita! :D

    Besotes

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  3. Hola!

    Pues sí que te tienes que hartar de quitar pelos, Diego.. :)

    Por cierto, si ella no va en tren, coche, bici, monopatín o lo que sea, puedes convidarme a mí :) Te prometo que yo también suelto mucho pelo :)

    Un beso para ti, Diego :)

    Besito, Esteve :)

    Besos para los demás, pasados y futuros :)

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  4. El jet lo tengo en la ITV, el BMW me lo destrozó mi marido, en mi pueblo no hay AVE y a la bici no le entran las marchas ni le funciona el timbre. Vas a tener que esperar otra temporada... ¿Manolo? :D
    Beso, salao :D

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  5. Me encanta el sintiísmo y el sintigo. Parecen religiones de esas en las que todos creemos y todos sufrimos.


    ¿por qué no se me actualiza tu blog en mi lateral?

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  6. Esteve, dichosos los que tenéis pelos largos... Yo nunca dejo rastro de mis paso por refugios clandestinos ajenos. Y claro, así nadie me echa de menos :)

    Framboise ?y quién te dice a ti que era una chica? :)

    Anamaría, yo te convidaría encantado, pero no quiero multiplicar mis nostalgias post-pelos. Lo paso fatal...

    Esther, prueba con la mobilete del abuelo, a ver si te arranca :)

    María Jesús, esas palabras deberían de existir en el diccionario de la RAEL, en vez de software y otras por el estilo :) No sé qué ha pasado, pero lo cierto es que esta entrada no figura en tu lateral y en otros laterales de otros blogs. Quizás sea porque la programé para una semana antes, salió, pero la postergué porque quise sustituirla por la del Tete. En fin, veremos qué ocurre en entradas posteriores.

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  7. Yo tuve una amiga peluda de cuatro patas que me dejaba
    muchos pelos pero me parecía poco delicado hablarte de ella... Conozco tus manías jajaja
    Fran de paréntesis ...

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  8. Hola!

    Diego, algo dejarás para que se te eche de menos, al menos "abandona" albaricoques por los rincones o algo :) Por lo que veo tendré que esperar a que estés libre de esos pelos para poder añorar los míos.. bueno, cuando sea pues avisa, aunque si Esther decide ir en el mobilete tendré que tener paciencia :)

    Un beso sin pelos para ti :)

    Muchos besos para los demás :)

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  9. me ha gustado la historia Digo sea o nó real.
    La descripción de los kahachesietes, la he encontrado genial.
    Saudos muy cordiales, amigo.

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  10. Ana María, si dejo albercoques se me llena la casa de hormigas, y a esas no soy capaz de echarlas, uno es un sentimental.

    Montserrat, lo único cierto de la historia es que me manejo muy bien con fregonas y kahachesietes :) El resto está inspirado por un pelo "ajeno" que encontré en el cuarto de baño ¿De la asistenta quizás, antes de abandonarme y obligarme así a hacer las labores domésticas? Seguramente.

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  11. Diego, si no vuelve... pelillos a la mar :)

    Besico

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  12. Tienes razón, Noche. Y la próxima que sea calva, como yo, que así no deja recuerdos nostálgicos :) Besico para ti.

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  13. Jo, me ha encantado de veras. Y me has hecho sonreír con tu sabiduría madura, pícara y tierna.
    Un besote

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