lunes, 23 de mayo de 2016

Tangenciarse

Tan diferentes veníamos 
y fuimos tangentes 
en un punto que se detuvo,
se prolongó irreverente 
sesgando geometrías y formulismos,
se retorció como solo se retuercen 
dos limacos exprimiendo
un abrazo helicoidal que se vacía. 
Luego seguiste viajera
tu parábola ascendente,
yo mi hipérbola caduca
sabiendo que ningún destino
 ninguna errada matemática
nos volvería nunca a tangenciar.

8 comentarios:

  1. Y me gusta mucho y lo noto dentro como una vivencia, pero me da tristeza, no se porque..... sera que es tarde y estoy cansada,sera que las separaciones siempre se llevan un trozo de corazon

    ResponderEliminar
  2. Muy melancólico... Mucho. Como un caracol sin concha.
    O será por la luna llena que siempre me afecta, pero sí...triste. :(

    ResponderEliminar
  3. A mí también me ha producido tristeza :(
    Pero Diego, con eso de las tangenciales, nunca se sabe...

    ResponderEliminar
  4. Rupturas geométricas que terminan convirtiéndonos en retro fractales.

    Un abrazo, Dieguique. Y no estés triste... o bueno sí, ¡qué caramba!

    ResponderEliminar
  5. Por eso hay que aprovechar esos momentos de hélice pasional, nunca se sabe.
    Besos, artista.

    ResponderEliminar
  6. ¡Bravo!
    Te ha quedado genial, Diego.
    Defines con mucho arte una ruptura dolorosa.
    Saludos.

    ResponderEliminar
  7. Yo no veo tristeza, sino todo lo contrario (¡qué mal transmito! :) Como dice Virgi "hay que aprovechar esos momentos de hélice pasional". Siempre se recuerdan esos encuentros ocasionales con una sonrisa, y no hacen daño a nadie :)

    ResponderEliminar
  8. me encantan las letras cuando bailan on el ritmo de tu mente

    ResponderEliminar