¿Para que se necesita el reloj? No te estreses Diego, el tiempo pasa sin medirse. Se fue el invierno y llega otra estación. Si sigues así de "agachao" vas a tener una lumbálgia de tres pares... Un abrazo
Yo es que como no soy ná de relojes pues ya se me pueden ir con los lloveres esporádicos a otra parte. Las horas las cuento de otra manera...¿o es que no las cuento?...vaya usté a saber por dónde y cómo anda mi tiempo...en fin, a ver si algún día consigo centrarme, medirme y contarme. Y hasta igual me da por darle cuerda a mi viejo Longines. Bueno no, mejor que no, que entonces no me iba a conocer ni mi madre.
Framboise, el reloj marca el ritmo cardial, se mueve al meneíllo del sístole-diástole.
Clara, caminante sin reloj, tienes razón, estoy con una lumbalgia de narices, demasiadas simas para asomarse. Menos mal que existe el Incitan :)
Darío, sí, primero hay que eliminar los relojes impertinentes y luego los calendarios. Lo de los calendarios siempre es más difícil...
Sara, el día que te centres, te midas y te cuentes, dejarás de ser Sara, serás otra cosa. Yo también tengo un viejo Longines y no lo meneo, no sea que le dé por echarse a andar o a recordar y me rompa la moral. Quietos paraos los longines donde están. Beso antihorario :)
La verdad es que los relojes son un parásito imprescindible en la vida del hombre. La persona más libre del mundo mira su reloj (o pregunta la hora, las personas libres no llevan reloj) unas 20 veces al día. En cualquier caso, es necesario, estimulante y rejuvenecedor tirar el reloj a simas o esquinas ocasionales de vez en cuando.
Paradeliña, buen "peluco" el longines. Yo miro el mío de vez en cuando, con su marco de oro, parado a las 8 y 27 de no sé que día de no sé qué año de no sé si por la mañana o por la tarde. Pero no lo toco, no sea que le dé por echarse a andar, que los pelucos son muy suyos :) Se te ve ágil con tanta actividad gallinera, tractorera, segadera, caballera, docentera, sembradera y plantadera. Así estás libre de lumbalgias y michelines, a pesar de los manjares tan suculentos que preparas (cualquier día me presento en Paradela sin avisar a la hora de comer) Lo que me creo menos es que no preguntes la hora 20 veces, auinque sea a tus gallinas, que el sol a veces miente. Y la luna no digamos... :) Un besico sin hora, resalá.
Ignacio, te entiendo. Si supieses la cantidad de artilugios que utilizo yo para nadar, andar por el monte, medir las pulsaciones, temperaturas, humedades... Pero a veces es bueno parar todos esos aparatos para hacernos la ilusión de que el tiempo no transcurre.
Virgi, tu reloj lo tiraste en la Caldera de Taburiente, que te miré cuando lo arrojabas antes de irte de vacaciones. Búscalo allí aunue tengas que cambiar de isla.
Mercedes, yo tengo un reloj pendiente contigo. Ese si que no da las horas... :) Besico.
Mira a ver si llevas el reloj metido en el bolsillo, o escondido en un cajón.. a veces cuando las horas están aburridas de estar en las simas llovidas se refugian en lugares más cálidos :)
Jajaja Una pregunta: ¿este reloj desechable sigue un ritmo circadiano, lunar, mareal o anual?
ResponderEliminarLa carcajada del lunes en domingo. Tic, tac, tic, tac...
¿Para que se necesita el reloj? No te estreses Diego, el tiempo pasa sin medirse. Se fue el invierno y llega otra estación.
ResponderEliminarSi sigues así de "agachao" vas a tener una lumbálgia de tres pares...
Un abrazo
Ni relojes ni almanaques...
ResponderEliminarYo es que como no soy ná de relojes pues ya se me pueden ir con los lloveres esporádicos a otra parte. Las horas las cuento de otra manera...¿o es que no las cuento?...vaya usté a saber por dónde y cómo anda mi tiempo...en fin, a ver si algún día consigo centrarme, medirme y contarme. Y hasta igual me da por darle cuerda a mi viejo Longines. Bueno no, mejor que no, que entonces no me iba a conocer ni mi madre.
ResponderEliminarBeso ¿como te diría Diego? ¿horario?...
Framboise, el reloj marca el ritmo cardial, se mueve al meneíllo del sístole-diástole.
ResponderEliminarClara, caminante sin reloj, tienes razón, estoy con una lumbalgia de narices, demasiadas simas para asomarse. Menos mal que existe el Incitan :)
Darío, sí, primero hay que eliminar los relojes impertinentes y luego los calendarios. Lo de los calendarios siempre es más difícil...
Sara, el día que te centres, te midas y te cuentes, dejarás de ser Sara, serás otra cosa. Yo también tengo un viejo Longines y no lo meneo, no sea que le dé por echarse a andar o a recordar y me rompa la moral. Quietos paraos los longines donde están. Beso antihorario :)
La verdad es que los relojes son un parásito imprescindible en la vida del hombre. La persona más libre del mundo mira su reloj (o pregunta la hora, las personas libres no llevan reloj) unas 20 veces al día. En cualquier caso, es necesario, estimulante y rejuvenecedor tirar el reloj a simas o esquinas ocasionales de vez en cuando.
Acabo de encontrar otra similitud...:yo también tengo un viejo longines.
ResponderEliminarMenos mal que la similitud no es tener también una lumbalgia, que es ahora cuando más trabajo.
Sin reloj. Sin tiempo. Siempre a ojo...
Y nunca pregunto la hora: el sol me la dice. A ojo.
ResponderEliminarParadeliña, buen "peluco" el longines. Yo miro el mío de vez en cuando, con su marco de oro, parado a las 8 y 27 de no sé que día de no sé qué año de no sé si por la mañana o por la tarde. Pero no lo toco, no sea que le dé por echarse a andar, que los pelucos son muy suyos :) Se te ve ágil con tanta actividad gallinera, tractorera, segadera, caballera, docentera, sembradera y plantadera. Así estás libre de lumbalgias y michelines, a pesar de los manjares tan suculentos que preparas (cualquier día me presento en Paradela sin avisar a la hora de comer) Lo que me creo menos es que no preguntes la hora 20 veces, auinque sea a tus gallinas, que el sol a veces miente. Y la luna no digamos... :) Un besico sin hora, resalá.
ResponderEliminarNuevo intento de comentar,me da dado mucha alegría tu post, me hiciste reir y sonreir. besos. :)
ResponderEliminarY gracias por tu visita, Diego, Un abrazo.
A mi me gustan los relojes (y en general cualquier artilugio de medición) :)
ResponderEliminarLa información nunca puede hacernos menos libres, creo yo.
Saludos.
Yo, en vacaciones nunca cargo reloj. Así que cuando lo vaya a buscar, tal vez me pase como a tu personaje.
ResponderEliminarBesitos
¿Lo ha encontrado ya?.
ResponderEliminarQue luego tendrá que cantarle aquello ...de relooj no marqueess las horaass, y con acento de Los Panchos
Ellas también marcan el mundo en movimiento, de reojo ahora las manillas.
Buen día.
Ignacio, te entiendo. Si supieses la cantidad de artilugios que utilizo yo para nadar, andar por el monte, medir las pulsaciones, temperaturas, humedades... Pero a veces es bueno parar todos esos aparatos para hacernos la ilusión de que el tiempo no transcurre.
ResponderEliminarVirgi, tu reloj lo tiraste en la Caldera de Taburiente, que te miré cuando lo arrojabas antes de irte de vacaciones. Búscalo allí aunue tengas que cambiar de isla.
Mercedes, yo tengo un reloj pendiente contigo. Ese si que no da las horas... :) Besico.
Hola a todos :)
ResponderEliminarMira a ver si llevas el reloj metido en el bolsillo, o escondido en un cajón.. a veces cuando las horas están aburridas de estar en las simas llovidas se refugian en lugares más cálidos :)
Besitos para ti :)
Besos para los demás :)
Pero, hombrededios, a quién se le ocurre ir al monte con el reloj de arena...
ResponderEliminardos besos, anda.
ok ok lo haré cuando vuelva por allí...
ResponderEliminar:) :) :)