sábado, 31 de mayo de 2008

Malta

Hace un año andaba yo entre aviones, hospitales, de aquí para allá, de allá para aquí, intentando quizás recuperar un tiempo perdido, beber a sorbos precipitados las últimas gotas de un vaso, lleno de dignidad, que se vaciaba sin remedio. En Malta conocí a dos personas, nunca es demasiado tarde, una es hoy un perfil en el aire tibio de la isla, la otra es el aire que besa ese perfil.

De Malta, donde creo que nunca volveré, me han quedado unas imágenes inolvidables, que se han incorporado a mis recuerdos.

Como muestra simbólica, la gruta azul, el ojo inquietante de la barca de los pescadores… y los nenúfares de un jardín eterno. Agua...





(Foto: gruta azul, barca de pescadores y nenúfar))

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