¿Qué quedó de mil caricias,
de mil besos, de mil risas,
mil ternuras y un reproche?
El reproche...
¿Qué quedó de mil soles,
mil estrellas, mil paisajes,
mil alondras y una noche?
La noche...
(Foto: una ola barriendo un corazón dibujado en la arena, La Glea, Alicante)
Qué quedó de mil caminos,
ResponderEliminarmil encuentros,
mil conversaciones,
mil miradas y un NO?
El NO...
También lo demas queda,con uno, para siempre.
ResponderEliminarHay que dejar pasar un poco el tiempo, hasta que todo sea una sonrisa.
Preciso y precioso, Diego.
Hola!
ResponderEliminarQué suavidad en las palabras, qué preciosidad, Diego, gracias :)
Besos :)
Pero algo queda, Diego, queda la vivencia, la ternura los recuerdos. La experiencia.
ResponderEliminarMejor haberlo vivido, haberlo experimentado, que quedarse con la duda, con el miedo y con las preguntas.
(No tienes ni idea de lo que realmente me ha afectado este post tuyo)
(el herrerillo)
Sabias palabras herrerillo, mejor haberlo vivido.
ResponderEliminarDiego estás hecho un poeta, con las palabras y con las imagenes, ninguna foto mejor que esa para ilustarlas.
Depende de como de positivo seas por dentro... en tu caso y en el mío que coincidimos en el amor por la vida siempre quedaran mil soles espléndidos...mil maravillosas noches
ResponderEliminar"Qué quedó de mil caminos,
ResponderEliminarmil encuentros,
mil conversaciones,
mil miradas y ella?
Ella..."
Esos renglones los escribí hace muchos años. Desde entonces ha habido más soles, más alondras, más ellas... y también más noches y reproches. La vida es cíclica, y que lo siga siendo.
Qué razón tienes Diego...lo bonito que es que, después de la noche, haya más soles...que después del invierno la primavera irrumpa iluminándonos y haciéndonos renacer.
ResponderEliminarFelices primaveras para todos.
Feliz primavera también para ti, Clara. Y soles y "renacimientos", aún nos quedan muchos...
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