Escribía. La pluma se movía ágil sobre la página blanca. Me asomé por encima de su hombro y leí lo que estaba escribiendo:
... como si en el engendramiento de los benjamines los padres pusieran siempre menos atención y empeño y fueran más negligentes a la hora de transmitirles las semejanzas, que quedan en manos de cualquier antepasado caprichoso...
Le pedí la pluma. Interrumpió la escritura, me miró y me la ofreció. La apoyé sobre mi papel, pensando que fluiría sola como la había visto fluir sobre el suyo. Pero no fluyó, se quedó estática, esperando quizá una orden de mi cerebro que no le llegaba. Solo me regaló un borrón, como imagen materializada de lo que le transmitía mi mente.
—¿Cómo se hace para escribir? —, le pregunté al escritor.
—Todo está escrito en los árboles, en sus hojas, en el viento, en el mar: solo hay que saber leerlo y pasarlo al papel—, me contestó.
Miré las hojas del rebollo que teníamos enfrente. Solo vi hojas. Y un insecto que pululaba entre ellas, quien sabe si también buscando alguna frase escondida en la fronda. Ninguna palabra, ninguna expresión. Hojas.
Le devolví la pluma al escritor, lo mío no es saber leer árboles, vientos o mares. Y me incliné de nuevo sobre su hombro. En su mano la pluma fluía de nuevo, libre:
...que de pronto ve la ocasión de perpetuar sus rasgos sobre la tierra y se inmiscuye para otorgarlos a quien aún no ha nacido, o mejor, al que está siendo concebido...
(Textos en cursiva extraídos de “Mañana en la batalla piensa en mí” de Javier Marías)
(Textos en cursiva extraídos de “Mañana en la batalla piensa en mí” de Javier Marías)
Gracias , Diego. Yo te he visto a ti leer, no ya en las hojas de los árboles, que eso es fácil, sino en los zapatos viejos abandonados en el bosque; en las piedras más altas de los montes y en las sombras agazapadas y dispuestas a saltar sobre la espalda de los transeúntes. Te he visto , incluso, querido Diego, leer en el google eart...hace ya tanto.
ResponderEliminarEsta entrada, además de un verdadero placer por la exquisita lectura, ha sido toda una sorpresa; ver la imagen de uno de mis "hijos" en un blog como el tuyo... bueno, es algo con lo que una no se encuentra todos los días.
ResponderEliminarLo más curioso es que esté acompañando los textos de un autor que no es precisamente santo de mi devoción. Aun así, me siento feliz. Gracias y mucha suerte.
Buena historia, bien escrita.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso.
Saludos
Eso mismo siento yo cuando me enfrento a una hoja en blanco... por eso utilizo siempre papel ya usado :)
ResponderEliminarun abrazo y suerte :)
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarUn placer leer tu aportación para el concurso de Paradela.
ResponderEliminarEl escritor frente al papel en blanco, dispuesto a crear, esuna imagen que me cautiva.
Qué sabiduría tan sutil...
ResponderEliminarPrecioso y muy acertado eso de leer en las hojas de los árboles y en los vientos.
ResponderEliminarMucha suerte en el concurso, abrazos.
Un bello texto. Dichosos aquellos que pueden leer en los arboles, las hojas, el viento y el mar.
ResponderEliminarUn saludo Diego.
Bonito texto. Suerte en el concurso.
ResponderEliminarUn abrazo
Diego me ha parecido un texto estupendo, me alegra que participes porque así nos lo pasamos mejor con las ocurrencias de cada uno/a.
ResponderEliminarTe importaría escribirme a mi correo, me gustaría hacerte una pregunta, es que en tu perfil no tienes ninguno.
Gracias.
Un abrazo. Y suerte.
Plasmar lo que te susurra todo lo que te rodea, dificil tarea, aunque para tí Diego no parece que lo sea, un texto perfecto.
ResponderEliminarUn abrazo.
Vaya, vaya, con que leer en las hojas de los arboles. me gustaria,creo que lo voy a probar.
ResponderEliminarA lo mejor me explican como hacer llegar una foto a mi blog. Estoy de broma, me ha gustado mucho tu relato. Te deseo mucha suerte en el concurso.
Me parece un texto con sensibilidad y poesia.
ResponderEliminarVivir en el campo es leer entre lineas de lo que ves y se presta a ello, no así en la ciudad, que ni las estrellas por la noche, ni los detalles de "las zonas verdes" se ven, ni mucho menos leer, por la bruma de la polución.
Esa pluma del pensamiento es mágica.
Suerte.
Yo creo en eso de leer en los árboles, en sus hojas, en el viento, en el mar,... Solo se necesita un poco de sensibilidad. Pero pare convertir esa lectura en palabras escritas se requiere, además, un poco de arte como el tuyo.
ResponderEliminarUn saludo y mucho suerte en el concurso.
ibso
Me ha encantado este texto, de una sensibilidad exquisita.
ResponderEliminarMucha suerte. Saludos.