sábado, 17 de mayo de 2008

Pildorillas


Me gustan las líneas caóticas, las imprevisibles, las que no buscan una meta sino un espacio.

Cuando me voy a dormir, siempre dejo dos vasos de agua en la mesilla de noche, uno lleno y otro vacío. El vaso lleno es por si me despierto de noche y tengo sed, y el vacío, por si me despierto de noche y no tengo sed.

Hay hombres que tienen la inmensa suerte de encontrar la mujer de su vida. Y otros, que tienen la inmensa desgracia de encontrar las dos mujeres de su vida...

Un hombre maduro tiene que hacer continuos esfuerzos para no caerse al suelo desde la rama que lo sostiene.

Una vez, un mago me quiso adivinar el futuro. Le dije que primero adivinase mi pasado. Y no acertó ni una...

Cada vez llegan y pasan más deprisa las primaveras, los otoños, los inviernos. La velocidad de la vida no hace más que aumentar ¿Cuánto me faltará para llegar a la curva de la bofetada definitiva?

Dios es como los preservativos. Nunca lo encuentras cuando más lo necesitas.

Los agoreros ladran desde su cueva, sin atreverse a salir de ella.

Espero que el hijo pródigo del evangelio no se arrepintiese nunca de haber sido pródigo...

Cuando el ídolo que no quiere serlo es derribado del pedestal que lo atenaza, ha tenido suerte: al fin puede huir corriendo.

Los que se alejan del camino marcado se llaman rebeldes. Los que siguen el camino marcado se llaman borregos ¿Habrá algún día más rebeldes que borregos?

La monogamia la inventó Dios para quedarse él con todas las mujeres que sobrasen.

Más sabe Dios por viejo que por diablo.

Dios, te llevo buscando ni se sabe….
Primero te buscaba para adorarte.
Luego, para pedirte ayuda.
Ahora… te busco para partirte la cara.

Cuando la gente te empieza a decir que no has cambiado nada, que estás igual que hace veinte años, ya puedes empezar a preparar tu funeral.

Ayer me llamé por teléfono. Y no me quise poner.

Mi padre me dijo que la mejor edad del hombre está entre los cuarenta y los cincuenta años. Lo malo es que cuando me lo dijo yo ya tenía cincuenta y uno...

No consigo recordar tu nombre. A lo mejor es que no has existido.

La felicidad es una lucecita lejana que, cuando al fin la alcanzamos, vuelve a alejarse.

Me preocupa el equilibrio y la estabilidad que vuelve a haber en mi vida. Debo de estar a punto de cagarla otra vez...

Alguien ha descubierto la ecuación de las formas del botijo. El día que otro alguien descubra la ecuación de las curvas de la mujer, se habrá acabado la poesía.

El alma de la mujer también está llena de curvas en las que un hombre puede encontrar refugio.

Los animales se diferencian de los hombres en que no piensan. Por eso hay tantos hombres que no se diferencian de los animales.

El talento es la estética de la inteligencia.

Quisiera volver a recorrer los senderos del jardín de tu cuerpo y buscar en tus caminos la fuente de la pasión eterna, para beber y beber hasta embriagarme... esta vez para siempre.

Al fin he descubierto el árbol de la amistad. Estaba escondido en un recoveco del jardín de tu alma.

Estoy a cien millas de ninguna parte, caminando alegre hacia ningún lado, silbando al ritmo de mis botas pardas. Sin frío ni calor, sin nubes, sin sol.

Deshojando la flor de la jara estoy, cinco pétalos, número impar, siempre sale que me quieres... Y me lanzo al monte, entre las matas voy buscando tu feromona, tó zumbao...


5 comentarios:

  1. je je je

    A mi siempre me salia que no me queria, claro que desojaba una margarita......luego me enteré que los numeros de petalos de las margaritas tienen que ver con la serie Fibonnacci, y me enamoré de los números.

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  2. ¿Serie Fibonnacci? Ya estoy tardando en mirar qué es eso... :-)

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  3. Oh!!! me alegra haberte despertado el interés por esos números.

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  4. Me gusta leerte y volverte a leer.
    Me gustan tus pildorillas.

    No me gusta seguir con retraso en tu lateral, profe :DD
    A ver si arreglo el desaguisado de mi cacharro.

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